Méndez impone por sorpresa la ejecutiva de UGT antes del congreso
La Unión General de Trabajadores (UGT) inicia hoy su 39 Congreso Confederal en el que si todo sale como estaba previsto, Cándido Méndez saldrá reelegido secretario general. Sin embargo, lo que se presentaba como un congreso tranquilo sufrió ayer un pequeño golpe de timón, al convocar Méndez de forma urgente y por sorpresa a todos los responsables de las federaciones sectoriales y las uniones territoriales a una reunión celebrada ayer para 'comunicarles' la composición de la comisión ejecutiva.
El cambio más polémico de esta nueva ejecutiva lo constituye la marcha del secretario de Organización y número tres del sindicato, Alberto Pérez, a quien Méndez ha pensado sustituir por José Javier Cubillo, hasta ahora secretario general de la Federación Estatal del Transporte. Méndez ofreció a Pérez que conservara una secretaría de Elecciones Sindicales de nueva creación, pero el ofrecimiento fue rechazado enérgicamente.
'La intención de Méndez de apartar a Alberto Pérez era conocida pero no nos esperábamos que fuera de esta manera', aseguran fuentes del sindicato, que consideran que 'las cosas se podían haber hablado de otra forma y, sobre todo, antes'.
Esta es precisamente la queja de algunos sectores de UGT: 'Que no esté en cuestión la reelección de Méndez no quiere decir que no esté en cuestión todo lo demás, desde la ejecutiva a la composición orgánica del sindicato y esto no se está debatiendo', dicen otras fuentes.
Lo que está claro es que determinados pesos pesados de la central están dispuestos a 'hablar y decirle a Méndez lo que piensan si no les gusta la ejecutiva que designa, a diferencia de lo que ha ocurrido en otras ocasiones'.
Otro nombre citado ayer para entrar en la nueva ejecutiva es el de la secretaria general de la Federación Agroalimentaria, Blanca Uruñela.
En los últimos años, ha habido secretarios ejecutivos que han abandonado su cargo por diferencias más o menos importantes con la línea de actuación de Méndez, como fue el sonado caso de Pedro Díaz Chavero, quien negoció el acuerdo de pensiones de 2001 y fue obligado por el secretario general a no suscribirlo el mismo día de su firma.
Entre otros, también dejaron su puesto en la ejecutiva Teodoro Escorial o Manuel Mariscal que lo dejará en este Congreso.