Chirac acepta la dimisión de Raffarin y nombra a Villepin primer ministro
El presidente francés, Jacques Chirac, ha nombrado al ministro del Interior, Dominique de Villepin como primer ministro pocos minutos después de aceptar la dimisión que le ha presentado su primer ministro, Jean Pierre-Raffarin. El jefe de Gobierno se ha convertido, como estaba previsto, en el chivo expiatorio del rechazo de los franceses a la Constitución europea, expresado el domingo en referéndum. Ayer, Chirac ya anunció cambios en el Gobierno para reconducir la crisis.
Raffarin ha llegado al Elíseo, residencia del presidente, a primera hora de la mañana. Chirac tiene previsto anunciar hoy mismo "sus decisiones relativas al Gobierno" y explicarlas a sus compatriotas en una alocución radio televisada esta noche, según había anunciado el Elíseo. El jefe del Estado, muy debilitado por el fuerte rechazo en el referéndum que él mismo había convocado, multiplicó ayer las consultas sobre la formación de un nuevo Gobierno.
En una breve alocución desde el Palacio de Matignon, el ya ex primer ministro, se ha despedido de los franceses y ha asegurado que el proyecto europeo seguirá siendo su primera bandera de lucha.
La caída de Raffarin se daba por hecho desde que se conoció el resultado del referéndum, que supone un importante palo en la rueda del proceso de construcción europea. La popularidad del primer ministro estaba ya por los suelos antes de la consulta, e incluso por encima del resultado del referéndum, se pensaba que su salida del Gobierno era inminente.
Un aristócrata liberal
Cuando EE UU se preparaba para invadir Irak, el aristócrata liberal Dominique de Galouzeau de Villepin se convirtió en uno de los políticos más admirados por la izquierda europea. Entonces era el brillante y apuesto ministro de Exteriores francés, portavoz del rechazo a la guerra en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Hasta hoy De Villepin, nacido en Marruecos en 1953, dirigía la cartera de Interior y era una de las últimas cartas que le quedaban a Chirac para tratar de insuflar vida a su alicaído Gobierno e impedir al mismo tiempo el ascenso de Sarkozy. El hombre de confianza de Chirac es un producto de la prestigiosa Escuela Nacional de la Administración y un intelectual que ha publicado un ensayo de 800 páginas sobre poesía.