IBM pacta la salida de la cúpula heredada de PwC Consulting
Una quincena de antiguos socios de PricewaterhouseCoopers Consulting, entidad integrada en IBM en octubre de 2002, ha firmado su salida de la subsidiaria española del Gigante Azul. Los términos de la negociación se mantienen en secreto, pero fuentes internas aseguran que estos consultores, con condiciones laborales al margen del convenio de IBM, han obtenido finiquitos superiores a 1,2 millones.
Entraron en IBM hace tres años como los galácticos de la consultoría y con un líder: Hugo Hanna, ex presidente ejecutivo de PwC Consulting para España y fundador de la primera oficina en Bilbao, en 1974. Eran un millar de empleados de la citada consultora de tecnologías de la información y entre ellos figuraban socios del más alto nivel en este país. Los honorarios de estos últimos, blindados antes de la fusión entre ambas firmas, superaban notablemente el sueldo de la presidenta de IBM, Amparo Moraleda, y con el tiempo se han convertido en un lastre para la compañía.
IBM cerró la compra de PwC Consulting en octubre de 2002 y desde entonces, según fuentes internas, se ha mantenido un pulso de poder entre los consultores, englobados en la división Business Consulting Services, y los directivos de IBM, quienes mantuvieron los cargos ejecutivos de la empresa.
Ahora, en plena reestructuración en Europa, IBM España ofrece bajas incentivadas y ha aprovechado para negociar la salida de una quincena de consultores que formaban la vieja guardia de PwC Consulting. æpermil;stos dejarán la empresa, al igual que otros 400 trabajadores -según cálculos aportados por el Comité de Empresa-, el 30 de junio. Pero sus finiquitos superan con mucho a los del resto, alcanzando en algunos casos los 1,2 millones.
La empresa asegura que sigue apostando por los servicios y ascenderá a distintos consultores al grado de socios
'Los socios directores mejor pagados a principios de la década podían rondar salarios de dos millones al año', cuenta un consultor que prefiere ocultar su identidad, 'esa cantidad es imposible de mantener en una estructura como la de IBM'. Y añade que durante los últimos años se ha dado un claro problema de comunicación entre los directivos de Price y la presidencia de IBM: 'Ellos no estaban acostumbrados a trabajar al ritmo que dictan los departamentos de ventas y tampoco estaban cómodos reportando a superiores'.
La lista de bajas incentivadas está en manos de la dirección y no han salido nombres a la luz. Sin embargo, fuentes sindicales aseguran conocer la marcha de parte de la antigua cúpula de PwC Consulting: 'No podemos hablar de este tema porque las negociaciones son privadas y no hemos mediado'.
Consultada por este periódico, la empresa dice continuar con su decidida apuesta por los servicios y adelanta que se promocionará a consultores en los próximos meses. Otro aspecto confirmado es que se mantiene al frente del área de consultoría a José Luiz Rossi, procedente de Price y sustituto hace un año de Hugo Hanna.
Una integración de difícil digestión
IBM cuenta con una plantilla de 6.500 personas en España, de los que un millar proceden de la integración con la consultora PwC Consulting en 2002. El de los sueldos del equipo absorbido ha supuesto un lastre para las cuentas de IBM, que incrementó los gastos consolidados de personal de 291,4 millones en 2002 a los 383 millones de 2003. Esa diferencia de 92,6 millones al cumplirse un solo año de la compra de PwC Consulting llegó a arrastrar a la filial de servicios IBM Global Services a pérdidas (de 36,8 millones en 2003, último ejercicio registrado) e incluso fue uno de los motivos que empujó a IBM España a presentar números rojos por 1,9 millones ese año.Actualmente, IBM pide voluntarios que abandonen la empresa. Las negociaciones entre el departamento de Recursos Humanos y cada trabajador son individuales aunque la base ofertada es la misma para todos: 45 días de sueldo por año trabajado.Este no es el primer caso en que se habla del personal de IBM en los últimos años. La firma informática ha reconocido que absorbió PwC Consulting en un momento en que flaqueaba el negocio de la consultoría, por lo que el nuevo equipo pasó meses de escasa actividad. De hecho, a comienzos del año pasado unos 350 empleados permanecían sin cometido alguno.