Un Felipe II humanista en 'Don Carlo'
Hay seis versiones de Don Carlo conocidas y aceptadas por Verdi. La que pone en escena el Teatro Real a partir del próximo 29 de mayo es una reducida a cuatro actos, que coincide con la estrenada en La Scala de Milán en 1884. Se trata de una coproducción del Real con el Teatro Carlo Felice de Génova y el Regio de Turín, estrenada hace cuatro años en el coliseo madrileño dentro del Año Verdi.
'A Verdi le interesaban los temas universales de la obra de Friedrich Schiller', recordó ayer durante la presentación de la ópera el director musical Jesús López Cobos. De hecho, Don Carlo es la cuarta ópera basada en textos suyos a la que Verdi puso música.
Los cuatro temas universales sobre los que gravita Don Carlo son, según el maestro, 'la oposición innegociable entre la ley y el deseo, la presencia trascendental del padre, la denuncia de la dictadura desde una posición liberal y un enérgico anticlericalismo'.
López Cobos destaca dos duetos centrales, que hablan del poder y la libertad
Don Carlo no se corresponde con la cronología de los hechos históricos. En palabras del director de escena, Hugo de Ana, es un 'collage musical-histórico', que sirve para descubrir las figuras históricas y sus conflictos psicológicos, muy próximos a los reales. Schiller se amparó en la leyenda negra, Verdi humanizó los personajes con la música. Hugo de Ana ha querido destacar dos ideas: la corrupción del poder absoluto y el aislamiento de los personajes.
Frente a la leyenda negra, presenta a un Felipe II 'muy humanista. No era un dictador absoluto, sino un rey burócrata con gran cantidad de conflictos', apunta Hugo de Ana. De la misma forma, se plantea qué sentía Isabel de Valois en la corte española y llega a la conclusión de que los únicos momentos de felicidad de la que fue considerada 'reina de la paz' los alcanzó cuando estaba sola, razón por la que trata de remarcar su aislamiento.
El Real ha programado diez representaciones (29 y 31 de mayo, 2, 5, 7, 9, 11, 13, 15 y 17 de junio), con dos repartos, uno de ellos integrado por Roberto Scandiuzzi, quien repite el papel de Filippo II que interpretó hace cuatro años, Vincenzo La Scola (Don Carlo), Roberto Frontali (Rodrigo) -ambos cantan por primera vez en Madrid-, Dolora Zajick (princesa de æpermil;boli) y Ana María Sánchez (Elisabetta de Valois).
La cantante alicantina declaró que su personaje de Elisabetta se entiende mejor con la versión de cinco actos, que incluye el de Fontainebleu, pieza que considera crucial para entender la trama. Los directores, en cambio, defendieron esta versión, porque existe la incógnita. 'Si conocemos la historia antes, nos perdemos la intriga', aseguró Hugo de Ana.
Desde el punto de vista musical, López Cobos resaltó, además del final sublime, dos momentos centrales: el dueto de Rodrigo (personaje inventado) con el rey y el de Filippo II con el Gran Inquisidor, que hablan del poder y la libertad. Hugo de Ana aseguró, por su parte, que la genialidad de esta ópera y de Verdi es que el drama no concluye.