_
_
_
_
CincoSentidos

Carrera sin prisas en Brescia

Brescia estrena este año un museo dedicado a su carrera más famosa. Y es que constituye para la ciudad algo más que un evento deportivo. Lo de menos son los 1.600 kilómetros desde la mítica salida del Rebuffone hasta el centro de Roma, y regreso. Lo importante es la belleza, tanto de los hitos del recorrido (Verona, Ferrara, Rávena, Urbino, Spoleto, Roma, Siena, Florencia, Bolonia... y la propia Brescia) como de los bólidos participantes; este año, 375 automóviles deportivos construidos entre 1927 y 1957. Sus conductores tendrán que luchar por un récord de regularidad, pero no por superar la mítica marca fijado el 1 de mayo de 1955 por el inglés Moss con un mercedes: 157,65 kilómetros por hora de media. Sir Stirling Moss asistirá como nostálgico espectador a la edición de este año.

La carrera histórica devuelve a Brescia un protagonismo nada fácil de sostener en esa llanura del Po donde se ubica. En efecto, a sólo pocos minutos de Milán, está rodeada por otras cittá d'arte de la llanura padana como Bérgamo, Cremona, Pavía, todas con afán de primadonna. Y una naturaleza no menos protagonista, entre colinas prealpinas que arropan lagos como los de Iseo, Valsabbia y Garda, y las riberas arenosas y húmedas del gran río de Italia.

Brescia, en ese contexto, podría pasar desapercibida si no fuera por la fuerza y densidad con que las capas de la historia han ido lacando su piel. A la ciudad, humana y próxima, en cuyo centro puede uno oír de noche ladrar a los perros, se la suele identificar por un edificio 'humanista' y armonioso, la logia renacentista rematada en 1570 con ayuda de Jacopo Sansovino y Andrea Palladio. Esta lonja palladiana preside la plaza principal, una de las tres que, segregadas apenas por callejas y pasadizos, forman el corazón trinitario de Brescia.

Las otras dos plazas son las del Duomo y la de la Vittoria. En la del Duomo (que ahora se llama de Pablo VI, ya que ese Pontífice era paisano) no hay, como cabría esperar, una catedral. Hay dos. La Nueva, que es la que sigue oficiando mayormente, barroca y pomposa; y el Duomo Vecchio o Rotonda, uno de los edificios más singulares de la Lombardía. La basílica paleocristiana preexistente fue demolida para levantar, entre los siglos XI y XII, un templo románico atípico, circular, y con una torre o cuerpo central de cubierta cónica. En su interior pueden verse columnas y capiteles de acarreo (de época romana y bizantina, provenientes de la catedral primitiva) y buenas pinturas (entre otras cosas) de maestros locales, renacentistas y barrocos, como Moretto o Francesco Maffei.

Pero si uno quiere retroceder más e ir directo al historial cívico de Brescia, hay que caminar un poco hasta la Plaza del Foro. Del foro de la romana Brixia, claro está. Ahí sigue, obstinadamente recompuesto y zurcido, el Templo Capitolino, la Basílica o tribunal y la huella de oficinas y despachos. Lo que en su día pobló y amuebló esos edificios y casas no para lejos: está recogido en el contiguo monasterio de Santa Giulia. Un rompecabezas arquitectónico delicioso, con restos del cenobio longobardo del siglo VIII, pero también una villa romana, y varios espacios sacros, como la basílica longobarda de San Salvatore, la iglesia renacentista de Santa Giulia y la extraña y bellísima de Santa María in Solario: una bóveda celeste tachonada de estrellas cubre a la par el Tesoro del monasterio y las raíces de un templo solar, pagano, a la espera de un Dan Brown capaz de traducir a relato sus misterios.

Guía para el viajero

Cómo irPor carretera, autopista A4 de Milán a Venecia, o la A21 de Turín a Cremona-Brescia. Los aeropuertos más cercanos son los de Milán (Malpensa y Linate), desde los que existe servicio de autobús o naveta que lleva a Brescia (teléfono: 030 3583555 y www. seaaeroportimilano.it).AlojamientoVittoria (via X Giornate 20, tel.: 030 280061), es el más lujoso de la ciudad, con detalles neoclásicos y modernistas, vestíbulo grandioso y habitaciones acordes.Bonaparte Hotel Brescia (viale Europa 45, tel.: 030 2091824), a sólo unos pasos de las tres plazas centrales, muebles y decoración de anticuario.Joly Hotel Igea (viale Stazione 15, tel.: 030 44221).

 

ComerCastello Malvezzi (via Colle San Giuseppe 1, tel.: 030 2004224), en un palacio del siglo XV, dentro de un parque frondoso, propone una cocina creativa a base de óptimas materias primas; tiene una de las mejores bodegas de Italia; caro.Hostaria Porta Bruciata (Via Beccaria 11, tel.: 030 49591).

Archivado En

_
_