_
_
_
_
CincoSentidos

Japón hace realidad la ciencia ficción

Yo he visto cosas que vosotros, los humanos, nunca creeríais'. Los amantes de Blade Runner, la mítica película de Ridley Scott, tal vez no encuentren un replicante tan poético como Roy Batty entre el ejército de robots que pueblan Expo Aichi 2005, pero no se quedarán muy lejos. Bajo el lema de conjugar naturaleza y desarrollo, la Exposición Universal de Aichi, en el centro de Japón, ha apostado por convertir la experiencia de vislumbrar cómo será el mundo del futuro en una de las grandes atracciones del evento.

El denominado Proyecto Robot derrumba uno por uno todos los tópicos e ideas preconcebidas sobre la robótica, aunque al mismo tiempo se acerca estremecedoramente a las visiones más desasosegantes del mejor Asimov. 'La Expo está convencida de la importancia de ofrecer la experiencia de un futuro en el que robots y seres humanos convivirán', explican fuentes de la organización.

Y es que en Aichi se podrá ver, oír y tocar lo que hasta ahora únicamente el cine, la literatura y los propios sueños se habían atrevido a imaginar. Robots que pintan retratos, robots que decoran cerámica, que batean pelotas a 160 kilómetros por hora o que actúan como caddies en campos de golf. Robots que actúan como perfectos compañeros de baile, eficientes limpiadores, incansables recogedores de basuras, guardas de seguridad insobornables, guías políglotas y atentos cuidadores de niños. Robots blandos que se arrastran y saltan, robots caninos, robots con aspecto humano, robots con espina dorsal flexible... ¿Alguien puede ofrecer más? Aichi sí.

Los visitantes pueden ver los restos de un mamut congelado de 18.000 años de antigüedad

Los amantes del pasado, por ejemplo, tienen la oportunidad de contemplar una atracción digna de las primeras expediciones de la británica Royal Geographical Society. Los restos de un gigantesco mamut congelado (cabeza, pata delantera izquierda y otras partes del esqueleto) de unos 18.000 años de edad, que ha sido descubierto en Siberia, están expuestos en una sala convenientemente refrigerada a una temperatura de 15 grados bajo cero. Los visitantes podrán observar al mamut a través de unas ventanas y acudir a explicaciones audiovisuales y exposiciones.

Unos pasos más allá, la Casa Global explica la historia del universo e introduce en una sala de proyecciones de sueños láser, donde una pantalla de 50 por 10 metros y 11 canales de sonido envuelve al espectador en un mundo de colores perfectos logrados con tecnología láser. Entre las diferentes salas de la Casa Global, se puede disfrutar de numerosas exposiciones y proyecciones sobre diversos temas relacionados con el hombre y el universo.

Objetos como el telescopio que utilizó Isaac Newton o los trajes espaciales de la nave Apolo ayudarán a comprender la evolución de la ciencia. En el pabellón de Japón Nagakute, los aficionados al espacio pueden contemplar desde la Sala de la Tierra el primer sistema de imagen completamente esférica del mundo, que permite contemplar el estado actual de la Tierra desde su interior.

En el capítulo dedicado a las infraestructuras, la grandiosidad ha inspirado proyectos de ingeniería de última generación, como la construcción en una isla artificial del Aeropuerto Internacional Chubu Centrair y la línea para el tren de levitación magnética Linimo. Junto a la multitud de exposiciones y eventos organizados por el país anfitrión, los 114 Estados participantes abren sus pabellones en un intento por trasladar la esencia de sus culturas a la exposición y copar un calendario que cuenta con cerca de 7.000 actividades. æpermil;sta será la primera exposición, por ejemplo, en que Alemania y Francia presentan un pabellón conjunto, el mayor de Aichi, con una superficie de 3.240 metros cuadrados.

Con una inversión de 975 millones de euros, a los que hay que añadir 397 millones más de mantenimiento -son datos de la propia organización- la Exposición abrió sus puertas el pasado 25 de marzo. Durante 185 días, la primera Expo del siglo XXI cuenta con la participación de un total de 121 países, que ofrecerán a los más de 15 millones de visitantes previstos lo mejor de su producción industrial, comercial y cultural sobre una superficie de 179 hectáreas.

Será en las colinas orientales de Nagoya: en Villa de Nagakute, Ciudad de Toyota y Ciudad de Seto.

2.430 metros cuadrados dedicados a España

Las tapas de cocineros de primera fila como Adriá, Arzak o Berasategui, el flamenco, el Quijote, Picasso, Tàpies, Gaudí, Miró, Dalí... Gran parte de las facetas de España, al menos las más conocidas internacionalmente, están representadas en la Exposición de Aichi 2005. Un pabellón de 2.430 metros cuadrados en el que se han invertido un total de 24 millones de euros -diseñado por el arquitecto Alejandro Zaera y cuya fachada reproduce una celosía realizada con cerámica-, se encargará de albergar muestras, exposiciones, proyecciones, conciertos, danza y otros muchos espectáculos culturales españoles.Los visitantes podrán degustar numerosas tapas y productos típicos, perderse en una monumental plaza de 260 metros con 16 pantallas que emiten imágenes sobre España y su cultura, adentrarse en los entresijos de un laboratorio del Centro de Astrobiología, asistir a proyecciones sobre el Quijote, acudir a una exposición sobre cerámica de Picasso, escuchar un concierto de música de cámara de Jordi Savall o disfrutar a un espectáculo de baile de Sara Baras.España también reproducirá la primera vuelta al mundo de Juan Sebastián Elcano con la reconstrucción de la nao Victoria, un aula flotante que partió de Sevilla el 12 de octubre de 2004 rumbo a la inauguración de Aichi.

Archivado En

_
_