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La opinión del experto

El maestro que no tuvo Don Quijote

Una mañana de 1605, el ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha decidió 'hacerse caballero andante e irse por todo el mundo a buscar aventuras, y a ejercitarse en todo aquello que él había leído que los caballeros andantes se ejercitaban, deshaciendo todo género de agravios y poniéndose en ocasiones y peligros, donde, acabándolos, cobrase eterno nombre y fama'. Cuatrocientos años después, sus 106 días de aventuras continúan siendo un referente de humanismo, fantasía y, también, de gestión.

Don Quijote, el loco de sabios consejos, encontró en su amigo Sancho Panza un abono donde sembrar su credo. 'No seas siempre riguroso, ni siempre blando, y escoge el medio entre estos dos extremos, que en esto está el punto de discreción'. Sancho Panza, a su vez, insufló en el espíritu ilusorio del caballero pequeñas dosis de realidad, intentando hacerle ver los molinos, pero sin dejar de soñar con la Ínsula de Barataria.

El líder visionario y su práctico ayudante avanzaron por La Mancha con la única brújula de la pasión, que les llevó a construir la historia más famosa de todos los tiempos, pero a naufragar en su intento de imponer el bien, el honor y la justicia sobre la tierra.

'Si se analiza este final desde la estricta mirada de los negocios, Alonso Quijano fracasó en su empresa'

Si se analiza este final desde la estricta mirada de los negocios, Alonso Quijano fracasó en su empresa. Su historia es una constante en las cúpulas directivas, repletas de talentos que deslumbran al mundo pero que, en ocasiones, no logran alcanzar sus objetivos. Tal vez, Don Quijote habría ganado más batallas, o recibido menos derrotas, si en paralelo con el fiel Sancho Panza, hubiese mantenido otro diálogo con un caballero curtido en las batallas del Reino de Castilla. Un coach, un entrenador, un maestro que desde la experiencia le hubiese ayudado a controlar sus delirios. La doctrina empresarial define al coaching como una importante herramienta para dirigir personas, fomentar la flexibilidad, la creatividad, la autoestima, y aprender a gestionar con orientación a resultados, al cliente y a la estrategia. Don Quijote es un modelo de capacidad de motivación sobre Sancho, imaginación e innovación. Desde esta perspectiva, fue un coach para su pupilo. Pero la visión de negocio nunca tuvo sitio en su pensamiento, porque la fantasía le impedía medir el riesgo de las numerosas empresas en que se embarcaba.

'Yo compraré algunas ovejas, y todas las demás cosas que al pastoral ejercicio son necesarias (…) Nos darán con abundantísima mano de su dulcísimo fruto las encinas, asiento los troncos de los durísimos alcornoques, sombra los sauces, olor las rosas, alfombras de mil colores matizadas los extendidos prados, aliento el aire claro y puro, luz la luna y las estrellas, a pesar de la oscuridad de la noche, gusto el canto, alegría el lloro, Apolo versos, el amor conceptos, con que podremos hacernos eternos y famosos, no sólo en los presentes, sino en los venideros. '¿Sois un caballero o un pastor?' Le respondería su coach. 'Si queréis retiraros al pastoral ejercicio, primero debéis despojaros de vuestra armadura y aceptar las reglas de la naturaleza. Levantaros temprano, al amanecer, para llevar a pastar las ovejas. Con una hogaza de pan, recorreréis sucios caminos bajo lluvias inclementes que os sorprenderán en ocasiones, y un sol abrasador que otras veces cegará vuestra vista', añadiría.

La primera reacción del ingenioso hidalgo, quizás, fuera de sorpresa. La segunda, de réplica. Y la tercera, de un suspiro profundo aceptando la realidad desde su personal fantasía. 'Soy un caballero y, como tal, no puedo darme a los placeres de la naturaleza, sino entregar mi vida a lidiar contra bellacos en defensa de la justicia', diría. Los conatos de lucidez que muestra Don Quijote en algunos capítulos, -'después que os dejé y me subí sobre las torres de la ambición y de la soberbia, se me han entrado por el alma adentro mil miserias, mil trabajos y cuatro mil desasosiegos', reconoció a Sancho-, podrían haber sido manantiales de realidad si hubiera estado al lado de un maestro que, fiel como su escudero, le hubiera ayudado a ganar la batalla de su particular libro de caballerías. Hoy en día existen 'numerosos Quijotes' que similares al Caballero de la Triste Figura encuentran en molinos de viento falsos gigantes que les amenazan. Su respuesta frente a esta ilusión no puede ser otra que la de la agresividad, que hoy en día se traslada en un estilo de liderazgo directivo, asertivo, poco flexible y en definitiva nada motivador.

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