Lanxess intenta mejorar un contrato con Repsol para salvar Tarragona
El próximo mes, según las previsiones de sus directivos, la compañía química Lanxess anunciará qué fábrica -la de Tarragona, en España, o la de Dormagen, en Alemania- ha decidido cerrar. Hasta entonces los directivos de una y otra fábrica tratan de convencer a Axel Heitman, presidente del consejo de administración de la compañía, de que su planta es la que debería mantenerse.
'Lo primero que quiero dejar claro es que tenemos posibilidades, estamos haciendo bien las cosas, exponiendo nuestras ventajas competitivas respecto a Dormagen, sin infravalorar la fábrica alemana', explicó ayer en una conversación telefónica el director general de Lanxess en España, Javier Cantarell, que esta semana se ha reunido en Alemania con el presidente del consejo de administración de Lanxess.
La división española ha puesto sobre la mesa de Heitman las ventajas de la fábrica de Tarragona frente a la de Dormagen. Entre otras, los costes salariales (menores en España) o el hecho de contar con unas instalaciones más modernas (Bayer, hasta hace dos años propietaria del negocio de Lanxess, invirtió 45 millones de euros en la planta de Tarragona entre los años 1999 y 2004).
Además de mantener conversaciones con la Generalitat y el Ministerio de Industria para tratar de arrancar ayudas o incentivos, los directivos de Lanxess en España tratan de convencer a sus proveedores de materias primas de mejorar los contratos existentes, y arañar una nueva ventaja frente a Dormagen.
El principal proveedor de Lanxess en España es Repsol. La multinacional española dota de las principales materias primas a Lanxess a través de tuberías desde la planta de Repsol en Tarragona. 'Logísticamente es ideal', señala Cantarell.
Lanxess quiere que Repsol mejore su contrato. Ambas compañías tienen mucho que ganar y que perder. Mientras que el cierre de la fábrica de Tarragona supondría el despido de cerca de 250 trabajadores y el término del negocio de Repsol con Lanxess, su permanencia podría suponer doblar la carga de trabajo para ambas.
Heitman ha asegurado que la fábrica que quede en pie recibirá un fuerte impulso de la matriz, hasta una inversión de 50 millones de euros.