El nuevo carné permite a Piaggio España salir de pérdidas y ganar 6,9 millones
La homologación del carné de motocicletas para los titulares con tres años de antigüedad del permiso para conducir turismos ha ejercido un efecto sanador sobre la maltrecha industria de las dos ruedas. Un ejemplo palpable es Piaggio España. La filial española del grupo italiano abandonó en 2004 los números rojos que había venido padeciendo desde 2002, y cerró el ejercicio con un beneficio neto de 6,9 millones de euros, frente a las pérdidas de 5,8 millones de 2003, según sus cuentas anuales.
Piaggio está compuesta de las marcas Piaggio, Vespa y Gilera. Recientemente adquirió Aprilia. Estas marcas dan al grupo en España una cuota de mercado del 28,3% en el segmento de scooters.
De esta manera, la homologación de los permisos de conducción permitió que las ventas totales de la empresa creciesen un 35,3% hasta 85,5 millones. El director general de la división española, Fernando Burgos, explicó recientemente en una entrevista con Cinco Días que la decisión de unificar los carnés, tomada por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en el verano pasado, ha permitido acceder a 'millones de clientes potenciales' y se debería haber tomado 'mucho antes'.
En dicha entrevista, publicada a mediados de marzo, Burgos explicó que los mejores resultados de la empresa también se deben al cierre de la planta de Arganda del Rey, en Madrid, decisión que se ejecutó en agosto de 2003. 'Se habrían evitado cierres de fábricas como éste si se hubiesen homologado antes los permisos'. En 2003, la planta produjo 9.000 motos, cuando su objetivo eran 40.000.
La situación actual del mercado español es tan buena, que Piaggio España asegura que sus perspectivas para 2005 'son optimistas, tanto para el mercado en su conjunto' como para sus 'marcas en particular'.
Las razones, 'la favorable coyuntura económica' como la expansión del mercado de motocicletas. La empresa no cuantifica sus previsiones.
Durante el pasado año, Piaggio destinó buena parte de sus esfuerzos en reposicionar la marca Vespa, desde la imagen tradicional y clásica que tenía hasta ahora a otra más joven y moderna.