Economistas de nueva generación para el PP
En el último año, se ha producido un cierto enfriamiento en las aportaciones que venían haciendo al PP profesionales tan veteranos como Alberto Recarte, Juan José Toribio, Juan Iranzo, Bernaldo de Quirós o Jaime Lamo. En parte, su colaboración ha sido complementada con otras ayudas muy valoradas en el actual equipo económico del partido como, por ejemplo, la de José María Marín, consejero del Banco de España, ex director de Relaciones Institucionales de Cepsa e integrante del grupo que aporta doctrina al PP sobre el sector energético.
También es muy agradecida la colaboración que prestan economistas de la nueva generación como Alberto Nadal, destinado como consejero comercial de España en Washington. 'Quienes mantienen que Mariano Rajoy ha perseguido a los antiguos colaboradores de Rodrigo Rato y por ello carece ahora de equipo económico falsea la realidad. Estamos elaborando la alternativa con muchas de las personas que ayudaban al partido en la anterior etapa, pero también contamos con una cantera nueva que pertenece a otra generación', afirma una fuente de Génova, 13, sede nacional del PP.
De momento, la estructura de trabajo no está tan bien perfilada como en 1996, año de la primera victoria electoral del PP, una circunstancia que la misma fuente achaca a tres razones: 'En primer lugar, Rajoy ha querido renovar equipos, en segundo lugar seguir contando con la gente válida y, por último, respetar a los que estaban cansados y querían regresar a su vida profesional'.
La diáspora que se produjo en el equipo económico del PP con la pérdida de las últimas elecciones generales, alejó de Madrid no sólo al ex vicepresidente Rodrigo Rato, sino también a otros miembros de su equipo como el ex ministro Cristóbal Montoro, ahora eurodiputado en Estrasburgo, al ex ministro Juan Costa, a punto de regresar a España para refugiarse en la empresa privada, o al ex secretario de Estado de Presupuestos Ricardo Martínez Rico, actual jefe de la Oficina Comercial de España en Washington. Algunos de ellos, en mayor o menor medida, siguen colaborando con el equipo de Miguel Arias Cañete cuando éste les pide opinión sobre algún asunto para marcar criterio. Las mismas fuentes de Génova, 13, informan que esta ayuda es estrecha en el caso de Montoro y de Martínez Rico, así como en el caso del ex secretario de Estado de Economía Luis de Guindos, 'que pasa papeles e informes siempre que se le solicitan'.
Rajoy no se conforma con el programa económico con el que su partido concurrió a las pasadas elecciones para dar la batalla al Gobierno en este campo. Ha dado órdenes de actualizarlo y de renovarlo, teniendo en cuenta que en el último año han aparecido en escena factores nuevos como es la amenaza del desboque de la inflación, en buena medida propiciada por los precios del crudo, y el fuerte desequilibrio del sector exterior.
Discurso poco estructurado
La tarea ha recaído, sobre todo, en el ex ministro Miguel Arias Cañete, secretario ejecutivo de política económica y empleo, y en sus dos principales colaboradores en el partido: la también ex ministra Elvira Rodríguez y el joven Álvaro Nadal, hermano de Alberto.
La apuesta del Gobierno por un nuevo patrón de crecimiento basado en la productividad y la inversión en investigación y desarrollo, ha servido al PSOE para consolidar un discurso económico propio y, al mismo tiempo, ha dejado parcialmente descolocado al primer partido de la oposición, como se ha demostrado en las últimas comparecencias en el Congreso de los secretarios de Estado de Economía y Hacienda, David Vegara y Miguel Ángel Fernández Ordóñez. Este último presentó la ejecución presupuestaria de 2004 y las cuentas del primer trimestre de 2005. El PP encaró sus explicaciones, reconocen en su Grupo Parlamentario, con un discurso 'deshilvanado'. 'Va a costarnos tiempo presentar una alternativa económica bien estructurada, pero partimos con ventaja porque hemos estado ocho años en el Gobierno y, además, tenemos nuestro programa como referente', señala un alto dirigente del PP.
Mariano Rajoy y Eduardo Zaplana han dividido los papeles económicos en el partido y en el Grupo Parlamentario mediante un reparto de juego que aún necesita de encajes y de limar algunas asperezas.