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Emilio Azcárraga Jean

'Hay que tener los ojos y los oídos abiertos a las críticas'

Pertenece a la tercera generación de empresarios. Nada más fallecer su padre, Emilio Azcárraga, ocupó el sillón de presidente del grupo de comunicación mexicano Televisa

Todavía no había cumplido la treintena cuando Emilio Azcárraga Jean, de 37 años, tuvo que hacerse cargo de una empresa que en la actualidad cuenta con 15.000 empleados y que en el año 2004 obtuvo unas ventas de 22.565 millones de euros. El objetivo de este empresario, según explicó tras su participación en la conferencia sobre estrategias internacionales en América Latina que ha sido organizada en Atlanta (Estados Unidos) por el Instituto de Empresa y el resto de escuelas latinoamericanas que componen la alianza Sumaq, es consolidarse en el mercado estadounidense.

Pregunta. Usted es la tercera generación de una familia de empresarios. Todo un logro si se tiene en cuenta que la mayoría de estas empresas no sobreviven a la segunda generación.

respuesta. Sí, pero yo gestiono la empresa con independencia de que sea una compañía familiar, porque el objetivo es tener una empresa institucional. Y la empresa, por encima de los intereses familiares y personales, debe sobrevivir. Al margen de la manera de gestionar, los pilares de Televisa estaban muy bien puestos por mi abuelo y por mi padre.

Yo soy una persona muy abierta a delegar responsabilidades y creo que una empresa familiar debe estar a la altura de cualquier compañía mundial. Cuento, además, con una gran ventaja y es que dispongo de un equipo de directivos muy joven, la media de edad se encuentra en 43 años.

P. ¿La edad influye en la gestión de una empresa?

R. Sí, puede influir en que haya un mayor dinamismo y en una manera de hacer las cosas, pero es muy importante que haya una idea y una estrategia clara para que esa juventud se note en la gestión. Nosotros tenemos una historia y un futuro por delante y podemos dar resultados.

En Televisa hubo un cambio se refiere al momento en que se produjo el fallecimiento de su padre y tuvo que tomar el mando de la compañía y la nueva ideología estaba más volcada en que cada miembro del equipo se responsabilizara de sus resultados. En Televisa hay muchas compañías dentro del grupo y esas unidades de negocio deben funcionar como autónomas en cuanto a la obtención de resultados. Creo que ahora hay una línea de gestión más centrada en la comunicación y en la responsabilidad.

P. Sin embargo, en el momento en que usted asumió la presidencia de la compañía surgieron ciertas dudas y desconfianza sobre su capacidad para dirigir un grupo empresarial de la magnitud de Televisa.

R. Eran dudas válidas porque no había entrado y demostrado todavía nada, pero al cabo de ocho años los inversores que creyeron en mi proyecto están contentos porque han ganado dinero. Creo que he aportado a la compañía institucionalidad y respeto por los derechos de los inversores minoritarios. Esos dos factores nos han ayudado y nos ayudarán en el futuro a tener un mayor crecimiento empresarial. Nosotros queremos ser muy transparentes. Eso es lo que creo que he aportado.

P. No debió ser fácil coger el testigo que dejó su padre.

R. No son historias comparables. Los tiempos han cambiado desde entonces, son distintas épocas, las economías han cambiado también. Televisa es una institución grande con los cimientos muy fuertes, muy bien asentada. La reestructuración que se ha llevado a cabo en la empresa tiene que ver con el talento de mi equipo, pero esa reestructuración no ha afectado a los cimientos, lo que ha hecho ha sido consolidar la compañía. Yo creo que mi gran aportación al proyecto ha sido el equipo de profesionales. En Televisa trabajan actualmente 15.000 personas y se viven valores como el respeto, la lealtad y la honestidad con la empresa y con los inversores.

P. ¿Cómo se ve desde México a los ejecutivos españoles?

R. No puedo opinar porque cada cual maneja su empresa como cree que es mejor hacerlo. Y por ese motivo es difícil calificar a nadie. Lo que sí puedo decir desde mi experiencia en este sector es que resulta apasionante ser ejecutivo de un grupo empresarial de medios de comunicación. Tenemos la suerte, para bien o para mal, de que todo lo que sucede, como es la aceptación de los espectadores, lo sabemos al momento. Esto nos permite intentar cambiar las cosas y hacerlas mejor. Nosotros sabemos al instante si algo tiene éxito o no lo tiene. Pero también es cierto que debemos pensar a medio plazo y dejar que las cosas y los programas funcionen. No es bueno precipitarse.

P. ¿Una receta para conseguir el liderazgo?

R. El éxito se consigue con mucho trabajo y mucha humildad, pero además hay que saber escuchar, tener humanidad y los ojos y los oídos abiertos a las críticas.

'La empresa que abusa tiene que pagar por ello'

Su objetivo es crecer, sobre todo en el mercado estadounidense, aunque está abierto a entrar en nuevos mercados, siempre de una manera prudente y de la mano de un socio local. Azcárraga Jean está preocupado por ser un empresario responsable. En 2001 puso en marcha la Fundación Televisa, desde la que ha puesto en marcha programas de educación y de ayuda para niños con alguna discapacidad. También ha creado, junto a un grupo de empresarios del sector de medios de comunicación, siete hospitales infantiles, desde los que se atienden a 200.000 niños mexicanos. 'Estamos preocupados por crear un país mejor. Poder sacar la cultura de México fuera de nuestras fronteras y ayudar a los que menos tienen es un orgullo', afirmó durante la entrevista.P. ¿Qué repercusión tiene sobre los empleados de Televisa todo este tipo de iniciativas solidarias?R. Es importantísimo, porque muchos empleados ven que la fundación es suya y colaboran. Repercute en una mejor calidad de las personas, que lo que buscan es una mejor posición para tener más tranquilidad y pagar la educación de sus hijos. La fundación también nos ayuda a ser mejores empleadores porque de esta manera las personas quieren trabajar con nosotros. Es una lección de ida y vuelta.P. ¿Los escándalos financieros de los últimos años han hecho que muchos empresarios y ejecutivos tomen conciencia de la responsabilidad social como herramienta de gestión?R. Es algo que ni empresarios ni directivos podemos olvidar. Los escándalos empresariales han existido y existirán siempre, pero hay que tener cuidado con el exceso de regulación, que se ha originado por los abusos financieros. Se debe velar porque esos abusos no existan, pero tener una compañía con éxito y responsable es difícil. Hay que luchar porque a los buenos les vaya bien y a los malos les vaya mal. Una empresa cuando abusa tiene que pagar por ello.

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