Más que fútbol y Beatles
Hace ya más de medio siglo que los Beatles pusieron a Liverpool en el mapa, al menos para muchos jóvenes de por aquí. Ahora la ciudad es una meca sagrada para cualquier aficionado a la arqueología musical, y también para los forofos del balompié, por aquello de que en el mítico Liverpool C.F. militan varios españoles, entre ellos el propio entrenador, Rafa Benítez. Todavía los Beatles son el principal imán de la ciudad. La beatlemanía es allí una religión paralela que profesan los de fuera. Múltiples tours temáticos llevan a los devotos a la calle Mathew, where it all began: allí se ha reconstruido The Cavern, el sótano donde el grupo se hizo famoso, allí sigue The Grapes, el pub donde entonaban el gaznate antes de actuar, y la Beatle's Store, sacando jugo a su memoria; en los muelles, The Beatles Story no es exactamente un museo, sino una reconstrucción viva de toda una época fulgurante.
Pero reducir Liverpool a esa explosión juvenil y musical sería injusto. Porque la ciudad fue, después de Londres, la más brillante del Imperio Británico. Por su puerto entraban y salían mercancías y gentes de los cuatro puntos cardinales, incluidos esclavos africanos para las plantaciones de algodón en América. De allí venía precisamente el algodón que dio a Liverpool su riqueza, destronando definitivamente a la vecina Leeds, que había explotado el negocio de la lana. El algodón hizo de Liverpool la ciudad lustrosa y neoclásica que ha merecido que la Unesco incluyera su cogollo en la lista de patrimonio de la humanidad.
Todo en Liverpool parece confluir en los muelles del río Mersey, cuyo estuario oblongo ofrece un abrigo natural inmejorable. En sus orillas, los almacenes ocupaban varias millas. Pero Manchester minó el monopolio de Liverpool sobre el algodón al cavar un canal con salida al mar. Tras los bombardeos alemanes de la Segunda Guerra Mundial, que tomaron el hilo del río como guía para internarse hacia Manchester, Liverpool perdió muchas de sus instalaciones y entró en una etapa de decadencia; esa atmósfera gris y vacía envolvió la infancia de los Beatles, quienes la reflejaron en canciones míticas como Penny Lane.
Pero quien tuvo, retuvo, dice un refrán nuestro. El skyline de Liverpool a orillas del Mersey es deslumbrante. Gracias, sobre todo, a las tres gracias, que son el edificio Royal Liver (símbolo de la ciudad), el de la naviera Cunard (que cubría las rutas trasatlánticas con barcos como el Titanic o el Lusitania) y el de la administración del puerto (una especie de capitolio que sirve de logo a la productora televisiva Granada). Habría que añadir una cuarta gracia, la torre de ventilación para el túnel bajo el río, un bloque funcional de los años veinte que tiene toda la elegancia de un palacio babilónico.
Lo que queda de los muelles, los Albert Docks, está convertido en un fabuloso conglomerado cultural y social; la actividad portuaria, obviamente, se ha desplazado. Allí, la galería Tate alberga una colección fastuosa de las vanguardias del siglo XX. Pero no hay que omitir el Museo Marítimo, y el de la Vida Cotidiana, que dan una imagen animada del fascinante pasado de la ciudad (impresionan las secciones dedicadas a los viajes transoceánicos y al Titanic, así como el minimuseo sobre el tráfico de esclavos).
El otro polo cultural es el barrio neoclásico, con una asombrosa colección de pintura antigua -artistas prerrafaelitas sobre todo- en The Waker; un museo global sobre el universo y la tierra que abrirá sus puertas dentro de pocos días; la Biblioteca, y el St. Georges Hall, un pabellón decimonónico polivalente.
Estos serán los escenarios para el alud de eventos que ya prepara Liverpool como capital cultural en el 2008.
Guía para el viajero
cómo ir:Las compañías aéreas de bajo costo Easy Jet (www.easyjet.com) y Ryanair (www.ryanair.com) tienen vuelos directos desde Madrid y otras ciudades de España a Liverpool. Un trayecto puede costar en torno a 90 euros, pero se pueden conseguir precios tanto más favorables cuanto mayor sea la antelación al contratar el vuelo, siempre a través de Internet.alojamiento:Thistle Liverpool (Chapel Street, +44 870 3339137, www.thistlehotels.com/liverpool), muy bien situado justo al lado de las tres gracias, junto al paseo marítimo. Existe un servicio gratuito de información y reserva de hoteles: Liverpool and Merseyside Hotel Reservations (+44 151 709 8111).
comer:Colin's Bridewell Bar & Restaurant (Campbell Street, esquina Duke Street, +44 151 707 8003), instalado en un antiguo puesto de policía (con calabozos) y propiedad de un conocido promotor cultural, es el sitio de moda, en pleno barrio Ropewalks, tomado por la movida. Liverpool es muy cosmopolita gastronómicamente, hay estupendos restaurantes chinos (como Chug Ku, en Columbus Quay, o Tai Pan, en Great Howard Street: el Chinatown de la ciudad es el más antiguo de Europa), vietnamitas, japoneses y también rusos, como St. Petersburg, abierto en 1996 y que tiene animaciones de cabaré ruso (teléfono +44 151 709 6676).La movida:La calle Mathew (la de los Beatles) es sobre todo para turistas. Los indígenas prefieren la animación de los Albert Docks (locales estrella son el Baby Blue, el Blue Bar y el Baby Cream) y el Ropeswalks, todo un barrio de almacenes y talleres que están siendo convertidos en apartamentos de diseño, bares, discotecas y restaurantes de moda.