Experiencias para construir un mundo mejor
Tienen las cualidades de un hombre de negocios, pero con la habilidad de dirigir sus emociones al terreno social. David Bornstein ha recorrido medio mundo entrevistando a emprendedores sociales, individuos con iniciativa y creatividad que cuestionan el statu quo, aprovechan las nuevas oportunidades, no se rinden y acaban transformando el mundo que les rodea.
Experiencias que se han traducido en mejoras sociales y que Bornstein ha recogido en el libro Cómo cambiar el mundo. Los emprendedores sociales y el poder de las nuevas ideas, presentado ayer en Madrid.
El libro, editado por Debate, ha sido recomendado por Nelson Mandela: 'Las historias de estos emprendedores sociales inspirarán y animarán a mucha gente a construir un mundo mejor'. Ha sido también la obra escogida por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, para regalar a sus ministros con motivo del Día del Libro la semana pasada (el año anterior ya les obsequió con el Quijote).
Bornstein quiso saber cuántas personas del auditorio pensaban que el mundo había ido a mejor. La mayoría opinaba que no y él explicó que 320 millones de personas en el mundo no piensan así. Son los beneficiarios de la política de microcréditos.
Cómo cambiar el mundo muestra que con determinación e innovación una sola persona puede llevar a cabo un gran proyecto que cambie el modo de afrontar algunos de los problemas más graves que afectan a las sociedades contemporáneas.
En Brasil, por ejemplo, Fabio Rosa ha ayudado a llevar electricidad a cientos de miles de residentes en remotas áreas rurales. Otro norteamericano, James Grant, es reconocido por haber salvado 25 millones de vidas al liderar y organizar una campaña global de vacunaciones. Junto a todos ellos, destaca la figura de Bill Drayton, que creó la organización pionera Ashoka, plataforma de apoyo y financiación a más de 1.500 emprendedores sociales alrededor del mundo, para impulsar y llevar a cabo sus ideas.
Una de las conclusiones que sacó Bornstein en el proceso de investigación previo a la redacción del libro es que sería idónea la implicación de los gobiernos en este tipo de iniciativas. Pero en seguida se dio cuenta de que la idea era demasiado empresarial para un Gobierno. 'Se trata de empresarios extraños, cuyo objetivo es erradicar la pobreza. Son responsables de cambios muy espectaculares, sencillos y de bajo coste', señaló.