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Banca

Las cajas recortan el 3,3% el peso en el balance de su cartera industrial

La decisión de Caja Madrid de aumentar su participación en Endesa al 9% ha vuelto a despertar las críticas sobre el excesivo tamaño de la cartera industrial de las cajas. Sin embargo, el sector ha reducido el peso de sus inversiones empresariales, que ahora supone un 3,3% del balance frente al 3,8% de 2000.

La fisonomía del balance de las cajas de ahorros ha sufrido un cambio espectacular en los últimos años, lo que ha sido objeto de fuertes críticas por parte de algunos sectores financieros que advierten del riesgo que están asumiendo estas entidades por el espectacular aumento de su cartera industrial y cuestionan la rentabilidad de estas inversiones. Unos ataques que se han recrudecido en los últimos meses tras la entrada de varias entidades en algunas compañías eléctricas y el anuncio de las cajas andaluzas de la creación de un banco de inversión.

Caja Madrid, por ejemplo, ha aumentado su participación en Endesa del 5% al 9% (tiene intención de alcanzar el 9,9%%), Caixa Galicia controla ya un 8% de Unión Fenosa y la andaluza Unicaja cuenta con el 1% de Iberdrola.

Pero a pesar de estas compras, las participaciones empresariales del sector (aquellas que se consideran estables por su vocación de permanencia y las de empresas del grupo) han reducido su peso en el activo en los últimos cuatro años. En 2000, estas inversiones suponían un 3,8%, la cifra más alta de la historia. Este porcentaje, sin embargo, ha descendido progresivamente hasta situarse en el 3,3% a finales de 2004.

Las hipotecas suponen un 44,65% del volumen del activo total de estas entidades

El resto de la cartera de valores, que tiene en cuenta aquellas inversiones que no tienen un carácter estable, también ha disminuido, al pasar del 15,8% en 2000 al 11,7% el pasado ejercicio.

Tirón de las hipotecas

Estos descensos se han producido en paralelo al incremento del volumen total del activo, que en estos cuatro años ha crecido un 56,28%, para cerrar 2004 en 636.668 millones de euros. Una subida sustentada en gran medida en el tirón de la inversión crediticia, partida que representa el 69,8% del activo frente al 59,4% del año 2000. La mayor parte son hipotecas, el producto estrella de la banca durante los últimos años debido a los reducidos tipos de interés, situados en el mínimo del 2%. De hecho, las hipotecas suponen un 44,65% del activo de las cajas.

El entorno de reducidos tipos de interés explica también la fuerte reducción de la actividad de las cajas en el mercado interbancario: en 1990, el sector tenía un 19,6% de su activo en el interbancario y actualmente cuenta sólo con el 10,7%.

Cambios contables

Las cajas, y sobre todo las de tamaño mediano, han manifestado su interés por estar presentes en el capital y en la gestión de aquellas compañías ligadas a sus regiones de origen. Sin embargo, este compromiso podría verse alterado con la implantación de las nuevas normas de contabilidad, que impiden anotar en puesta en equivalencia las participaciones inferiores al 20% (hasta ahora el tope mínimo era el 3%) si no se demuestra una influencia 'significativa' en la gestión. Este requisito podría obligar a muchas entidades a reorganizar sus carteras industriales y a desprenderse de las participaciones que no consideren estratégicas.

La Caixa y Caja Madrid, dos caminos similares pero a diferente velocidad

Los dos grandes cajas han mantenido dos estrategias algo diferentes en el diseño de su cartera industrial. La Caixa fue la pionera y ha construido la mayor cartera del sector financiero, incluido Santander y BBVA. Está valorada en 11.650 millones de euros, con unas plusvalías latentes que a finales de 2004 ascendían a 6.381 millones. La incursión de Caja Madrid ha sido más comedida. Comenzó con el plan estratégico de 1996, ahora reforzado con un nuevo programa de inversión de 2.000 millones de euros. De momento, ha utilizado 726 millones en hacerse otro 4% de Endesa. Sin incluir este porcentaje, el valor de su cartera en compañías cotizadas es de 1.461 millones. Pero el fin de ambas cajas es el mismo: participar en la gestión de empresas que consideran estratégicas. Ahora le toca el turno a Caja Madrid, que negocia más peso en el consejo de Endesa (tiene un puesto).

Las participadas, un notable impulso para los beneficios del sector

La aportación de las participadas a las cuentas de resultados de las cajas es crucial. El propio presidente de la CECA, Juan Ramón Quintás, ha señalado que 'no serían hoy día lo mismo sin su cartera industrial'. En 2004, el beneficio atribuido del sector ascendió a 5.181 millones de euros, un 15,1% más que el año anterior. Sin la contribución de las participadas, el resultado hubiera sido un 37% menor. Sólo por la vía de los dividendos, la cartera aportó 1.383 millones. A esta cifra hay que sumarle los resultados proporcionales (por consolidación o puesta en equivalencia), que supusieron 1.119 millones. Las cajas comenzaron a construir su cartera industrial en la década de los noventa y, desde entonces, su crecimiento ha sido constante. Una tendencia que contrasta con los bancos, que se han desprendido de sus participaciones para centrarse en el crecimiento vía adquisiciones.

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