EE UU también quiere rentabilizar el golf en Asia
El circuito de golf europeo, que esta semana y la próxima recala en China con motivo de la disputa de dos torneos, el Johnnie Walker Classic que termina el domingo en Pekín y el BMW Asian Open que el jueves que viene comienza en Shanghai, se siente amenazado por el anuncio del PGA Tour estadounidense, deseoso de ampliar su negocio en el gigante asiático.
Hace años que el circuito europeo traspasó las fronteras con la intención de prorrogar un calendario que, debido al rigor del invierno del Viejo Continente, reducía la temporada a sólo nueve meses. Para ello el PGA European Tour, la entidad que agrupa a los golfistas profesionales, negoció con el Australasian Tour y el circuito sudafricano para que algunos de sus eventos contaran con un cupo de jugadores europeos.
Las competiciones han conseguido reunir a grandes de la clasificación mundial a base de talonario. Ernie Els (30), Retief Goosen (50), Sergio García (80), Adam Scott (100), Luke Donald (130) y Miguel Ángel Jiménez (180), defensor del título, son algunos de los que han recibido un trato económico preferente en el Johnnie Walker Classic de este año.
Pero en EE UU no se quedan cruzados de brazos. Grandes firmas americanas han visto en el golf la posibilidad de llegar al sector chino más adinerado. Por eso el PGA Tour anuncia su próximo desembarco en Asia, probablemente la temporada que viene. Los detalles del proyecto no han trascendido, aunque contará con la desaprobación de los golfistas norteamericanos de élite que gozan en su país de condiciones más que sobradas para incrementar sus cuentas millonarias. La incógnita es saber cómo resistirá el golf europeo y las marcas que han aterrizado en China -BMW, Johnnie Walker, Omega y Volvo- la presencia de un competidor tan poderoso.