Crisis de fe y Cruzadas de la mano de Ridley Scott
Las mentes de los niños están llenas de historias de vaqueros, piratas y policías. Unos pocos afortunados logran convertirlas en realidad cuando se hacen mayores. Es el caso del director británico Ridley Scott, quien en El reino de los cielos presenta su particular visión de las Cruzadas.
'Es una época que ha sido vista de manera romántica tradicionalmente, pero la realidad es que se realizaron muchas barbaridades en nombre de la Iglesia', comentó ayer el realizador durante la presentación del filme rodado parcialmente en España y que se estrenará el próximo 6 de mayo.
El reino de los cielos está ambientada en 1186, en plena tregua entre la segunda y la tercera Cruzada. Godofredo de Ibelin (Liam Neeson) vuelve de Tierra Santa a Francia en busca de su hijo ilegítimo, Balian (Orlando Bloom). æpermil;ste decide unirse a su padre, que fallecerá poco después, y marchar al Este, donde espera encontrar la respuesta a la crisis de fe que vive desde la muerte de su esposa. En Oriente Medio, Balian pasará al servicio del Balduino IV (Edward Norton), el leproso rey de Jerusalén.
Cuando llega al Gólgota, el monte donde Cristo fue crucificado, Dios no responde a las dudas del joven barón de Ibelin. 'Siempre me he preguntado por qué me cuesta tanto aceptar mi fe', admitió Ridley Scott, que se proclama agnóstico. Por eso, el personaje del caballero hospitalario (David Thewlis) resulta clave a juicio del realizador. 'Es un hombre tan convencido de su fe que le resulta incluso divertido ver la lucha interna de otros'.
Intrigas en el bando cristiano, amores y su ascenso a señor feudal marcarán el devenir del personaje de Orlando Bloom. El que hasta entonces sólo era un modesto herrero, aprenderá la importancia de la convivencia entre culturas. En una escena de la película, Balian se preguntará si Jerusalén debe ser judía, musulmana o cristiana. '¿Quién tiene derecho a reclamarla? Nadie tiene derecho. Todos tienen derecho'.
Por eso, el barón de Ibelin buscará hacer realidad El reino de los cielos en la tierra, crear un mundo mejor. Scott reconoce la influencia de los samuráis de Kurosawa y los caballeros de Bergman en la dirección del idealista Balian. Además, aprovechó para halagar la habilidad de Bloom en condensar la esencia del personaje: 'Orlando mantiene la inocencia sin resultar naif'.
El aragonés castillo de Loarre y el Alcázar de Sevilla, escenarios
John Ford y David Lean son algunos de los maestros en los que Ridley Scott dice inspirarse a la hora de presentar sus paisajes. Esta vez, España y Marruecos ofrecieron los escenarios ideales.El castillo de Loarre (Huesca) hace de baluarte del barón de Ibelin en Francia. 'Es una Europa oscura, gris, fría y violenta', describe el director. El sol llega luego. La Casa de Pilatos y el Alcázar de Sevilla se utilizaron para ambientar el palacio de Balduino IV en Jerusalén. Marruecos, con sus mesetas escarpadas, aportó los exteriores. A través de la mezcla de estos elementos, 'el paisaje se convirtió en otro personaje'.