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Benedicto XVI revoluciona la economía de su pueblo natal

Martkl am Inn era hasta ahora un idílico y tranquilo pueblo de 2.700 habitantes al sur de Baviera, casi en la frontera con Austria. Pocos fuera de la región conocían esta localidad, donde en 1779 nació el ingeniero e inventor mecánico Georg Lankensperger. Sin embargo, ha sido otro hijo predilecto de la villa el que ha convertido a Martkl am Inn en centro mundial de atención. Joseph Ratzinger, el nuevo Papa Benedicto XVI, nació aquí un 16 de abril de 1927. Desde que se conoció el nombre del nuevo Pontífice, cientos de visitantes y periodistas de todo el mundo llenan las calles de su localidad natal. La afluencia es tan grande que la policía tuvo que cerrar el miércoles los accesos a Marktl, para evitar colapsos.

Los habitantes de Marktl están encantados y orgullosos, pese a la masiva presencia de cámaras y al persistente acoso de la prensa. El pueblo, profundamente católico, tiene muchas probabilidades de convertirse ahora en lugar de peregrinación, como ocurrió con Wadowice, localidad natal de Juan Pablo II. A su favor cuenta su cercanía a la localidad de Altoetting, que ya es un centro de peregrinación en Baviera. Benedicto XVI sólo vivió en Marktl los dos primeros años de su vida, pero los beneficios económicos para la región podrían notarse durante mucho tiempo.

Así lo espera el alcalde de Marktl am Inn, Hubert Gschwendtner. 'Veo una revitalización económica de nuestro pueblo', dijo Gschwendtner. A pesar de que la región es próspera y con una tasa de paro de sólo el 8%, cuatro puntos menos que la media nacional, Marktl am Inn tiene que luchar con un endeudamiento de 1.100 euros por habitante.

Algunos hoteleros han manifestado ya su intención de ampliar el número de camas en previsión de un aumento de los visitantes. De momento, no hay ninguna plaza libre en Marktl, por lo menos hasta finales de semana.

Las que han reaccionado con rapidez y están haciendo su agosto son las dos pastelerías del pueblo. Desde el día siguiente al nombramiento de Benedicto XVI ofrecen dulces alusivos al nuevo Pontífice. En la pastelería Peukert pueden encontrarse los 'gorros del Papa Benedicto', unos pequeños bollos coronados con azúcar, a la manera de mitra. Su competidora vende 'pan Vaticano' y 'tarta Benedicta'.

El efecto Benedicto XVI se está notando también en las listas de libros más vendidos. Joseph Ratzinger ha sido un autor prolífico y sus obras se han traducido a varios idiomas. Un día después del nombramiento, sus títulos copaban siete de los diez primeros puestos de libros más vendidos en Amazon.de, la filial alemana de la popular tienda en internet. A la cabeza, La sal de la tierra, que el Pontífice presentó en España en 1997.

En la casa alemana de subastas online Ebay.de, las fotos y los libros del nuevo Papa dedicados de su puño y letra alcanzaban en algunos casos los 200 euros.

Pese al interés por las obras o recuerdos de Ratzinger, sólo un tercio de la población alemana es católica y su nombramiento ha provocado en su país natal reacciones opuestas. La elección del primer Papa alemán en 482 años ha sido acogida por muchos con gran orgullo. Pero otros ciudadanos, católicos de base e incluso teólogos lamentan el nombramiento de un cardenal famoso por su conservadurismo.

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