'Todas las mujeres somos Juana la Loca'
Su primera intención fue escribir una novela erótica que tuviera como marco el internado madrileño donde la escritora estudió entre los 14 y los 16 años. Se topó, sin embargo, con la figura de Juana, reina de Castilla, un personaje que siempre le pareció fascinante, y decidió perseguir ese recuerdo. 'Fue una mujer malinterpretada durante siglos y me entraron ganas de contar su historia desde una perspectiva más moderna'.
Gioconda Belli (Managua, Nicaragua, 1948) reivindica el personaje en El pergamino de la seducción, el segundo título de la nueva colección Novela histórica lanzada por Seix Barral. 'Espero que le quitemos el mote de loca y se lo cambiamos por el de apasionada', confía esta escritora que recientemente se incorporó a la Real Academia de la Lengua Española, capítulo Nicaragua.
Lucía, una joven de asombroso parecido con Juana, instruida por Manuel, un historiador obsesionado con el personaje, revive la historia de la reina castellana, cuyo mayor pecado fue ser una mujer 'muy auténtica, rebelde a los dictados de la época'.
A Gioconda Belli le fascina la historia desde el punto de vista político y humano. 'La intriga política es el patrón en que se basa Maquiavelo en El príncipe. Juana se ve envuelta en todas las maniobras del poder. Considerando la época y lo que ella creyó adecuado, actuó de una manera bien cuerda'.
La escritora reconoce que le impresionaron las interpretaciones de algunos historiadores. Juana se pasó toda una noche golpeando a la puerta de su marido, el archiduque Felipe. ¿Y bien? Se pregunta la autora. 'Los hombres matan a sus rivales y nadie los considera locos'.
La escritora desmonta, además, varios mitos, como la romería que Juana hizo con el cadáver de su esposo a Granada, 'se dirigía al sur para unirse a los nobles que la apoyaban y para reafirmar su carácter real y el de su esposo, depositando el cuerpo de Felipe junto al de Isabel la católica', o que no dejaba acercarse a las mujeres al féretro, lo que tenía que ver con los reglamentos de los cartujos que eran quienes custodiaban el cadáver.
Belli se atreve a decir como Flaubert con Madame Bovary, 'yo también soy Juana la loca. Todas las mujeres somos Juana la Loca. Hay una vena de desafío, de rebelión, que si la ejerciésemos constantemente nos calificarían de locas'.
El pergamino de la seducción es también una novela erótica, reconoce la autora. Le interesa el erotismo como elemento que celebra el amor físico, como 'una parte fundamental del amor entre un hombre y una mujer, casi mística, digna de la más alta poesía'.
'La novela es para mí un desafío'
La rebeldía asomó en la vida de Gioconda Belli desde muy temprano. 'Yo también me rebelé y tuve que pagar por ello'. La poeta y novelista rememoró sus años en el sandinismo en El país bajo mi piel (2001). La escritora participó desde 1970 en la lucha contra la dictadura de Somoza como miembro del Frente Sandinista. Por esas fechas aparecieron por primera vez sus poemas, considerados revolucionarios por su manera de abordar el cuerpo y la sensualidad femenina.La poesía acude a ella sin esfuerzo, 'me gusta y me posee', asegura. La novela, en cambio, es 'un desafío'. Lo compara a una obra de arquitectura, en la que tiene que crear la estructura, pensar el desarrollo, los personajes.La escritora tiene una idea para una próxima novela y está viendo si puede encontrar el tono. 'Una de las cosas fundamentales en esta aventura de la escritura es poder encontrar el tono. Puedes tener una historia maravillosa, pero no saber como contarla'.