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Lealtad, 1
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Comer bien o dormir bien

Si a algún inversor le ha pillado por sorpresa la corrección de las Bolsas, puede haberse sentido engañado. La volatilidad y las condiciones de mercado eran aparentemente benignas, y la renta variable aparentaba ser una inversión tanto o más segura que otras.

Ahora suele ser cuando, para dormir bien, el ahorrador opta por pasar su dinero a bonos u otro tipo de inversiones con más garantías. Algo que, por otra parte, es lo acostumbrado por mercados de perfil conservador, como el español. Pero, en todo caso, la principal lectura de la situación actual es que se ha terminado la etapa fácil de la recuperación y que vuelve a estar plenamente vigente el viejo adagio bursátil: O comer bien o dormir bien.

En los últimos dos años, desde marzo de 2003, los inversores habían disfrutado de jugosas rentabilidades quedando muy poco expuestos a los avatares habituales del parqué. Las correcciones de mayor calado han estado en todos los casos por debajo del 7%, a pesar de que este periodo ha estado lejos de ser una balsa de aceite. La volatilidad del mercado -imperfecta pero única forma de medir el riesgo en la Bolsa- ha sido históricamente baja en los últimos meses.

No ha habido milagro de por medio. Simplemente se ha inundado de dinero el mercado financiero internacional, gracias a los bancos centrales de Estados Unidos, Japón y la zona euro. El dinero fácil ha permitido revalorizaciones de activos también fáciles. Pero el proceso de normalización de la situación económica conlleva una mayor prima de riesgo asociada a la Bolsa. Para acceder a la rentabilidad de las acciones, presuntamente mayor que la de otros activos, habrá que mojarse más.

Si a largo plazo está claro que la Bolsa será menos atractiva en la medida en que aparecen riesgos y el dinero es más caro, en el corto plazo los inversores han optado por la prudencia. Ni rebote ni nuevas ventas, un comportamiento razonable teniendo en cuenta que quedan por publicar la mayoría de los resultados de EE UU.

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