Un tribunal de Moscú ordena congelar el resto de activos de Yukos
La justicia rusa ha asestado lo que puede ser un golpe definitivo a la supervivencia de Yukos como empresa independiente. Un tribunal de Moscú ha ordenado la congelación de los activos de la petrolera que todavía no habían sido embargados, en respuesta a una solicitud presentada por el grupo estatal Rosneft, en la actualidad propietario de Yuganskneftegaz, la que fue la principal filial de Yukos.
Rosneft, que compró en una controvertida operación la división de producción de Yukos, reclama 163.000 millones de rublos (unos 4.600 millones de euros) a Yukos en concepto de daños y perjuicios por, entre otras cosas, pagar por debajo de los precios del mercado el crudo que obtenía de su filial.
El Tribunal de Arbitraje de Moscú emitió el 5 de abril, aunque la decisión se ha conocido ahora, una orden que prohibe a Yukos disponer de tres unidades de producción, tres refinerías y dos distribuidores petrolíferos.
Yuganskneftegaz, antigua filial de producción de Yukos, con capacidad para producir un millón de barriles diarios, fue vendida a Rosneft en una polémica subasta el pasado diciembre para pagar los impuestos atrasados que debía Yukos al fisco y que, según las autoridades, superaban los 20.000 millones de euros. La compra de Yuganskneftegaz ha permitido a Rosneft situarse entre los cinco principales productores rusos de petróleo.
Si Rosneft logra el control de las restantes unidades de producción de Yukos, su producción aumentaría hasta superar los dos millones de barriles diarios, lo que la convertiría en la mayor petrolera rusa, por encima de Lukoil, que actualmente produce 1,9 millones de barriles. Antes de adquirir Yugansk, Rosneft producía únicamente 434.000 barriles diarios.
Yukos quedará reducida a una refinería en Lituania, tres refinerías en Rusia, 14 distribuidoras y una participación en una sociedad de exploración con Gazprom y Lukoil en el mar Caspio.