Berlín tendrá que esperar para contar con un gran aeropuerto
La ciudad de Berlín tendrá que esperar algunos años más de lo previsto para cumplir su sueño de disponer de un gran aeropuerto internacional como otras capitales europeas. El Tribunal Federal Administrativo de Alemania ordenó el pasado viernes paralizar temporalmente las obras de ampliación del aeropuerto de Schönefeld, uno de los tres con los que cuenta Berlín y que debía convertirse en el principal en 2010.
El tribunal ha admitido a trámite las demandas presentadas por un grupo de vecinos de la zona, que temen un aumento del ruido y la pérdida de valor de sus viviendas tras la construcción del futuro aeródromo. Nadie quiere vivir al lado de un gran aeropuerto internacional. Fuentes del tribunal dijeron que, de momento, es difícil saber cuál será la sentencia definitiva. Lo que está bastante claro es que el nuevo Schönefeld no podrá inaugurarse en 2010, como ha reconocido un portavoz de la sociedad gestora del proyecto.
Pese a la paralización de las obras de ampliación, el tráfico en el aeropuerto continuará con normalidad y, según confirmó un portavoz del aeródromo a este periódico, ninguna línea aérea tiene previsto reducir sus conexiones con Schönefeld.
Los vecinos de la zona temen la pérdida de valor de sus viviendas tras la construcción del futuro aeródromo
La decisión judicial ha sido muy criticada por las asociaciones empresariales, que temen que Berlín pierda competitividad a nivel internacional. Según la Cámara de Comercio e Industria de Berlín (IHK Berlín), la paralización de las obras es un mazazo para toda la zona. El presidente de esta organización, Eric Schwitzer, afirmó que, sin el nuevo aeropuerto, Berlín no puede competir con otras regiones europeas a la hora de atraer empresas. La Unión Democristiana (CDU), primer partido de la oposición, ha pedido al alcalde de Berlín, el socialdemócrata Klaus Wowereit, que tome cartas en el asunto.
La decisión perjudica también a Brandeburgo, el Estado federado que rodea a la capital alemana y donde se encuentra Schönefeld. Esta región de Alemania oriental registró en marzo una tasa de desempleo del 20,1%, una de las más elevadas de todo el país, en el que la media está en el 12,5%. La prensa alemana alertó este fin de semana de que los costes previstos para la ampliación del aeropuerto, cerca de 2.000 millones de euros, podrían duplicarse por la paralización de las obras. El Ministerio de Transportes, sin embargo, ha desmentido este supuesto.
El aeropuerto de Schönefeld comenzó a operar en los años treinta y tras la división de Alemania posterior a la Segunda Guerra Mundial quedó en la zona este del país. Berlín tiene otros dos aeropuertos, Tegel y Tempelhof, pero los tres juntos registraron el pasado año sólo 15 millones de viajeros, muy por detrás de los 51 millones del aeropuerto de Fráncfort, el segundo de Europa, o los 26,8 millones de Múnich. Tras la ampliación, se espera que Schönefeld sea utilizado anualmente por unos 30 millones de viajeros.
El nuevo aeródromo ofrecerá, sobre todo, conexiones europeas, pero también algunos destinos intercontinentales. En el futuro Schönefeld podrá también aterrizar y despegar el gigantesco Airbus 380, con capacidad para 555 pasajeros y para el que muchos aeropuertos internacionales no están preparados.