_
_
_
_
Energía

Francia penalizará a las eléctricas que no consigan que sus clientes ahorren

Las distribuidoras francesas obtendrán certificados blancos si consiguen que sus clientes ahorren electricidad. De lo contrario deberán acudir al mercado para comprarlos. El objetivo es obtener un ahorro de energía del 1% anual.

Uno de los retos planteados por los Gobiernos europeos, obligados a cumplir el Protocolo de Kioto, es el de conseguir que los consumidores ahorren energía, especialmente eléctrica. En España, donde el consumo crece por encima del PIB, el Ejecutivo socialista, a través del Instituto de Diversificación y Ahorro Energético (IDAE), puso en marcha el invierno pasado una campaña para concienciar a la población de la necesidad de ahorrar electricidad. Pero las olas de frío polar registradas dieron al traste con el objetivo de ahorro.

El Gobierno francés, consciente de la dificultad de convencer al ciudadano, por la vía de la persuasión, ha planteado un método que puede resultar revolucionario. En la nueva ley de orientación sobre las energías, que se ha elaborado sobre la base de un Libro Blanco que comenzó a elaborarse en 2003, se incluye un sistema de emisión de certificados blancos que se otorgarán a las distribuidoras eléctricas que consigan que sus clientes ahorren energía.

Según indica el director general de Energía francés, Dominique Maillard, 'las empresas que no lo consigan deberán comprar estos certificados en el mercado o, de lo contrario, serán multadas'.

Con este mecanismo, el Gobierno galo aspira a conseguir un ahorro de electricidad de un 1% anual. Sin embargo, esto 'no es más que un complemento' de la política de ahorro de un país con una buena tasa de intensidad energética, que se situó en 2003 en el -2,2% (el PIB creció un 0,5% y el consumo de energía primaria el 0,1%). También es cierto que, según datos del Gobierno, entre 1973 y 2003 el consumo interior de electricidad ha aumentado dos veces más aprisa que el conjunto del consumo energético.

Con todo, el sistema de certificaciones, que se aplicará a los sectores residencial y terciario, será un complemento a la política de ahorro, que implicará 'cambios reglamentarios, ayudas fiscales y asesoramiento', según Maillard. Todas estas medidas 'no serán gratuitas y pueden suponer 'hasta un 2% del precio de la energía', añade el director general.

El país vecino ha mantenido en los dos últimos años un intenso debate sobre el sector energético, pues, como señalaban las encuestas en 2002, casi un 70% de los franceses estaban 'poco o mal informados' sobre la energía. Uno de los objetivos que se han planteado es el de reducir por cuatro las emisiones de CO2 en 2050.

Para ello Francia ha vuelto a apostar por la energía nuclear, con el lanzamiento del reactor de tercera generación (EPR) que comenzará a funcionar en 2012; el desarrollo de energías renovables (aunque la eólica encuentra una fuerte oposición en Francia) y la búsqueda de nuevas tecnologías.

Con una parque nuclear con 58 reactores, otro de los debates que mantiene actualmente es el del futuro tratamiento de los residuos radiactivos. De hecho, se está elaborando otro Libro Blanco, que se publicará a lo largo de este año y se someterá a debate parlamentario en 2006. Los franceses optan por almacenamientos no cerrados y reversibles.

Archivado En

_
_