Tiger Woods rompe su mala racha y vuelve a la cumbre
Tiger Woods conquistó su cuarta chaqueta verde y se embolsó 970.00 euros. El californiano es, a sus 29 años, el único golfista actual que puede acabar con el récord de Jack Nicklaus, vencedor en Augusta en seis ocasiones y mejorar los títulos del Grand Slam conseguidos por éste, 18, frente a los nueve que acumula Woods.
Este Masters tenía una especial significación para el Tigre, la posibilidad de recuperar el primer puesto del ranking mundial y marcar el comienzo de una nueva era después de un discreto 2004 en el que sólo consiguió una victoria en torneo oficial (WGC Accenture Match Play).
Regresa a la cima de la mano de su nuevo entrenador, Hank Haney de 49 años de edad y que cobra sus clases a 400 dólares la hora. Rompe así una racha negativa de 33 meses sin ganar un grande; el anterior fue el US Open de 2002, cuando venía de una situación bien distinta tras vencer en siete de los once últimos majors que disputó.
De los tres españoles en Augusta, sólo Jiménez pasó el corte
Gracias al tercer triunfo de esta temporada, Tiger Woods alcanza los 2,7 millones de euros en premios en tan sólo ocho torneos, que le permiten acercarse a los 46 millones de euros desde que se hizo profesional en 1996.
Sin embargo Woods sufrió más de lo previsto. A pesar de su lección en la tercera vuelta (65) y de salir a la última con una ventaja de tres golpes sobre Chris DiMarco que pronto amplió a cuatro, vio como se esfumaba poco a poco ante un jugador técnicamente inferior. La osadía de DiMarco y los errores de Woods brindaron una oportunidad al primero que no supo rentabilizar. Sendos bogeys de Tiger en los dos últimos hoyos incluso pudieron darle la victoria. DiMarco no acertó con un putt desde fuera del green del hoyo 18 y después cayó ante un tigre que no estaba dispuesto a brindar una segunda oportunidad. Woods ganó con un juego irregular, capaz de lo mejor y de lo peor.
Las fuertes lluvias fueron la causa de los distintos aplazamientos que forzaron a concluir la tercera vuelta el mismo domingo por la mañana, antes de afrontar la última ronda. 'Las cosas buenas sólo le pasan al Tigre', reconoció Miguel Ángel Jiménez, el único de los tres españoles en el Masters que consiguió pasar el corte y, el último día, empatar con el campo (72). Olazábal y Sergio García despejaron pronto las dudas. El primero llegó a Augusta con un juego desconocido, muy lejos del que le había llevado a conseguir tres top 10 consecutivos en EE UU. El segundo, peleado con el putt, se marchó sin querer pronunciar una palabra.