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CincoSentidos

El lenguaje de las flores

No tenemos, la verdad, mucha tradición en esto de las flores; no tanta al menos como otros países de Europa, como Holanda, Inglaterra o Bélgica. En la ciudad belga de Gante se celebra cada cinco años un certamen floral que empezó en 1809, a imitación de los que por entonces se hacían en Inglaterra. æpermil;sta será, pues, la 33 edición, que durante diez días reunirá en el inmenso jardín cubierto de Flanders Expo a horticultores de todo el mundo. No sólo habrá muestras de verdaderos artistas, también secciones para dar pistas a los particulares aficionados a la jardinería, y por supuesto, un aluvión de concursos y de premios.

Quienes aprovechen esta excusa para hacer una escapada a Gante de fin de semana, se encontrarán en la mañana del domingo con un mercado adicional de flores y de pájaros, el tradicional Vrijdagmarkt, que se celebra al pie de la iglesia de Sinkt Jacob. Los carillones se encargarán de recordar al visitante que debe acercarse al puente de San Miguel para gozar desde allí de la perspectiva de las tres torres góticas, que forman una especie de logo de la ciudad. Son el belfort o torre cívica, el campanario de San Nicolás y el de la catedral de San Bavón. Esta última es una joya gótica donde el turista tendrá que hacer cola si quiere contemplar ese fetiche de la pintura que es el retablo de Van Eyck La adoración del cordero místico, especie de carta fundacional de la escuela flamenca.

Para el amante del arte, Gante va sobrada. Esta ciudad es uno de los secretos mejor guardados de Europa. El ayuntamiento gótico tiene empaque de palacio imperial, pero el castillo de verdad es el de los Condes, flotando sobre los canales como un decorado. La abadía de San Pedro, el beguinaje, los hastiales góticos asomando su cresta por los rincones más inesperados, hacen de Gante una ciudad densa y exigente.

Lo mejor, sin embargo, es dejarse guiar por el azar, en un voluntario extravío por callejones de ladrillo y canales atiborrados de flores. Al filo de sus muelles -alegrados con terrazas y cervecerías con ristras de bujías y aire de kermés- irán saliendo al paso fachadas cinceladas con mimo de platero o rincones cargados de historia, como el solar donde estuvo el Prinzenhof, el palacio en el cual vino al mundo (en un retrete) nuestro emperador Carlos V. Sólo una estatua (réplica de otra de Pompeyo Leoni) recuerda a aquel paisano que no se llevó nada bien con su ciudad natal, muy al contrario, castigó severamente a los ganteses por hacerse los remolones a la hora de pagar impuestos. Gante da para mucho.

Pero la excusa de las flores nos invita a rematar el viaje visitando los reales Invernaderos de Laeken, en Bruselas (a unos 50 kilómetros). Estos invernaderos mantienen la tradición de abrir sus puertas al público en primavera, unas tres semanas -este año del 22 de abril al 15 de mayo-. Un interés añadido lo pone la arquitectura: cuando Alphonse Balat concibió para Leopoldo II estos estuches con esqueleto de hierro (una novedad constructiva para la época), quería implantar entre las colinas una especie de ciudad de cristal. Estos invernaderos serían un motivo más de inspiración para la nueva arquitectura belga y para el Art Nouveau, que tuvo en Bélgica uno de sus focos más poderosos.

Guía para el viajero

cómo ir Iberia (902 400 500) tiene vuelos diarios desde Madrid a Bruselas; una opción interesante son las líneas aéreas de bajo coste: Ryanair (www.ryanair.com) vuela hasta Bruselas por sólo 3,49 euros el trayecto (tasas excluidas); Virgin (www.virgin-express.com), a partir de 19 euros¦euro;el trayecto (tasas excluidas), y Vueling (www.vueling.com), desde 10 euros por trayecto (sin las tasas). Desde el aeropuerto mismo de Bruselas salen trenes casi continuamente hasta Gante (a sólo 50 kilómetros).alojamiento St. Jorishof (Botenmarkt, 2, +32 9 2242424) presume ser la casa de huéspedes más antigua de Europa (del año 1298), está al lado del ayuntamiento y en su comedor, muy bien ambientado, se degustan platos regionales excelentes. También son recomendables el Ghent River Hotel (Waalstraat, 5, +32 9 266 10 10) y el Novotel Gent Centrum (Goudenleeuwpl., 5, +32 9 224 22 30).comerAparte del ya mencionado St. Jorishof (algo caro), Pakhuis (Schuurkenstraat 4, +32 9 223 55 55) es un antiguo almacén, en pleno centro, con una ambientación espectacular y platos del día a precios populares.Galgenhuisje (Groetenmarrkt 5, +32 9 233 42 51) es el café más antiguo y pequeño de Gante, con terraza sobre el río Lys y el mercado de verduras; probar allí la especialidad de la ciudad: el waterzooi o guiso de pollo y verduras, buenos precios.Belga Queen (Graslei 10, +32 9 2800100), antigua casa gremial situada en el muelle de las hierbas, redecorada con gusto moderno.Keizershof (Vrijdagmarkt 47, +32 9 223 44 46), local con una agradable terraza a la plaza del mercado de flores.

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