Augusta, pasada por agua
Augusta arrancó con retraso. Cinco horas tuvieron que esperar los golfistas a que escampara. Pero los fuertes aguaceros caídos en el inicio de la primera jornada, dieron pie a los responsables de la tienda del Augusta National Golf para hacer negocio. Colocaron junto a las 65 cajas registradoras enormes expositores de paraguas con el logo del torneo. Las ventas fueron todo un éxito, no sólo por la cantidad vendida, más de 5.000, sino por el precio, 37 euros la unidad. Y es que los visitantes que tienen la suerte de asistir al torneo más famoso del mundo sienten la necesidad de adquirir artículos de recuerdo.
La media que cada espectador se gasta en estos menesteres supera los 900 euros. El 97% de las operaciones se abonan a través de tarjeta de crédito. Todo son facilidades cuando se trata de consumo. A la salida de la tienda, para no cargar todo el día con las compras, existe un servicio de mensajería que envía los paquetes a cualquier lugar del mundo.
El negocio funciona bien; el Masters cuenta con una salud económica envidiable. La cadena de televisión CBS cumple 50 años ofreciendo en directo las imágenes del torneo a todo el mundo. Este año, además, han vuelto los patrocinadores: IBM, ExxonMobil y SBC Communications, que son los únicos que tienen derecho a aparecer en los intermedios. Y sólo durante cuatro minutos entre los tres, frente a los 10 o 14 minutos de otros torneos. Son las reglas que imponen los rectores de Augusta, que quieren un torneo lo menos comercializado posible.
Los anunciantes, que no disponen ni de una pancarta en el campo, estuvieron ausentes del Masters la pasada temporada. La campaña que en el año 2003 puso en marcha la presidenta de la Confederación Nacional de Organizaciones Feministas, Martha Burk, en su afán porque las mujeres entraran a formar parte del Augusta National Golf Club como miembros de pleno derecho, desembocó en una propuesta de boicot contra las firmas que se anunciaban.
La parte deportiva del torneo es la que se resolverá hoy, la más incierta. El objetivo es vestirse la chaqueta verde que distingue a los miembros del Augusta National Golf Club y a los vencedores.