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Bolsa

Los guardianes de nuestras acciones

Quizá más de un accionista se haya preguntado alguna vez dónde están sus títulos. Especialmente desde que dejaron de ser de papel y se convirtieron en meros apuntes contables. Al que le haya asaltado esa duda, le conviene saber que las 117 empresas del Mercado Continuo suman 47.000 millones de acciones emitidas. De ellas, en free float (las que cotizan libremente y se compran y venden en Bolsa) hay algo más de 30.000 millones.

A tal volumen de acciones se añade otra complejidad: el cambio constante de manos. Sólo en febrero se transaccionaron casi 6.900 millones de acciones. Además, en la Bolsa española los inversores particulares tienen mayor peso en la estructura accionarial que en el resto de Bolsas europeas. En 2003, los inversores individuales poseían el 26% de la propiedad de los valores, frente al 16% de media en Europa.

Ante cifras tan abrumadoras, es normal que alguien se sorprenda de cómo es posible que se sepa a ciencia cierta quién es el propietario de cualquier acción. La duda cobra especial transcendencia cuando se avecinan las juntas de accionistas y, sobre todo, los pagos de dividendos, ambos derechos inherentes a la posesión de los valores.

En la Bolsa española hay 47.000 millones de acciones emitidas. Sólo en febrero se vendieron 6.900 millones

Iberclear regula toda esta información; es el Depositario Central de Valores. 'Sin embargo, no poseemos el nombre de los accionistas de cada empresa. Es un error común ya que la gente cree que somos un registro', aclara Jesús Benito, director general adjunto de Iberclear. Esa información la poseen las 250 entidades custodias participantes de Iberclear (entidades financieras y sociedades y agencias de valores).

Juan Bri, de BNP Securities Services, la principal entidad extranjera en España en el negocio de custodia y liquidación de valores con tres millones de operaciones al año, explica que tampoco ellos conocen el nombre del titular final. 'Contamos con un centenar de clientes institucionales como entidades financieras, españolas y extranjeras, o aseguradoras que son los propietarios de las acciones en nombre de terceros', declara. Las entidades custodias nacionales sí disponen del nombre del propietario individual cuando éste ha contratado directamente.

Ante las juntas de accionistas, las empresas cotizadas tienen derecho a solicitar a Iberclear el listado de sus accionistas. A tal fin, Iberclear solicita a cada entidad custodia la relación de sus clientes que poseen acciones de la cotizada que va a celebrar la junta. Puesto que los valores cambian constantemente de manos, se fija una fecha concreta. A los dos días de esa fecha, tiene que estar en Iberclear toda la información.

En realidad, a las empresas que solicitan el listado de sus accionistas no les mueve el deseo de asegurar que todos reciban a tiempo la citación para la junta. Esta tarea la suelen realizar las entidades custodias. Su afán es prever de antemano lo que pueden encontrarse en la Junta.

Para pagar los dividendos

Si es vital garantizar que no existe error en la propiedad de las acciones de cara a las juntas, con mayor motivo a la hora de cobrar dividendos. En este caso, el mecanismo del pago es un poco más complejo que la mera elaboración del listado de accionistas. Existe un banco agente, contratado por la empresa que va a pagar el dividendo, que debe tener una cuenta abierta en el Banco de España. La cotizada depositará la cantidad total destinada a dividendos en la cuenta del banco agente. A su vez, Iberclear remite al banco agente el listado con el montante global que cada una de las entidades custodias debe recibir en función del número total de acciones que custodian. Por último, los custodios harán llegar a sus clientes la cantidad exacta que les corresponde en función de las acciones que posean.

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