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CincoSentidos

Males muy primaverales

Desmotivación ante cualquier actividad, debilidad, sensación continua de fatiga, irritabilidad o somnolencia son algunos de los síntomas que muchas personas unen al cambio de temperatura y de ambiente que llega tras el invierno: es la llamada astenia primaveral. Algunos expertos, como la doctora María Rubio, jefa de la Unidad de Alergia del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, indican que es un estado o dolencia que, 'desde un punto de vista estrictamente médico, no existe'. Pero admiten que son muchas las personas que experimentan esas manifestaciones y la doctora Rubio añade que en parte puede deberse 'a los efectos de las mayores radiaciones solares y a los cambios de clima y de horarios que afectan a los biorritmos'.

No obstante, se trata de un síndrome que generalmente se produce en personas con mayor tendencia al estrés y que, aunque pueda estar relacionado con otros problemas, sí tiene mayor incidencia en determinadas épocas del año y a veces es causa de bajas laborales, como de muestran las estadísticas. Y éstas también establecen que, en concreto, en abril es motivo de una de cada seis consultas médicas.

Las afecciones que la médico del Hospital Gregorio Marañón destaca como realmente relacionadas con la estación primaveral son las alergias. 'La más común es la que provoca el polen, pero que este año no vendrá muy fuerte y se producirá con cierto retraso', destaca.

Los síntomas, que pueden confundirse con procesos catarrales, 'consisten básicamente en estornudos, secreciones nasales y molestias oculares', señala la doctora Rubio, quien añade que en algunos casos pueden ir unidos a problemas bronquiales y a la sensación de presión torácica.

En estas personas, según manifiesta, sí es más lógico que se produzcan trastornos como el excesivo cansancio o la somnolencia, incluso el estrés, al no poder estudiar o trabajar en condiciones normales. E indica que afecta a alrededor del 20% de la población y más a la gente joven. El pico de la incidencia está en los 20 años.

Y señala que lo mejor es la prevención, como las vacunas, que generalmente han sido inyectadas. 'Pero también son posibles las sublinguales, que son más cómodas y cuentan con una eficacia similar', subraya la doctora Rubio. No obstante, advierte que, en ocasiones, vacunarse no supone librarse totalmente de las manifestaciones de la alergia, aunque si las mitiga. Para esa fase, en la que ya ha hecho acto de presencia, la farmacología ofrece ayudas diversas, desde los antihistamínicos a los corticoides y los broncodilatadores. Se trata, en personas que no sufren otro tipo de enfermedades, de trastornos molestos, pero pasajeros y sin mayores repercusiones.

Combatir la fatiga

Aunque las medidas que se recomiendan son las básicas para llevar una vida saludable, los expertos creen que son más necesarias cuando los cambios climáticos modifican los biorritmos.

 

¦bull; Beber abundante líquido. Los expertos aconsejan ingerir al menos dos litros de agua al día, así como zumos frutales. Y eliminar las sustancias más excitantes, como el café y otras bebidas con cafeína, aunque la astenia suele ir acompañada de somnolencia.

 

¦bull; Ejercicio físico moderado. Pasear en torno a una hora diaria y si es posible practicar natación o yoga y montar en bicicleta. Y aprovechar la vitalidad que aporta el sol y el aire.

 

¦bull; Horarios estables. Tanto para trabajar como para estudiar, comer o dormir.

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