Jesmar cierra sus puertas tras más de medio siglo de vida
Jesmar, una de las jugueteras españolas con mayor tradición, cierra sus puertas tras 59 años de vida. La firma ha presentado ante el juzgado un expediente de extinción de actividad, lo que supone el cierre de la fábrica ubicada en Biar (Alicante) y el abandono definitivo de la fabricación y comercialización de juguetes.
Los 84 empleados de la compañía esperaban ayer la presencia del interventor judicial que ha de regir el proceso de liquidación de la empresa. De momento, la totalidad de la plantilla continúa trabajando, ya que la dirección les comunicó que mientras haya materia prima podrán seguir asistiendo a su lugar de trabajo. Los empleados, que están al día en el cobro de sus salarios, mostraron cierto desconcierto por la decisión ya que en los últimos años la carga de trabajo había aumentado. La empresa no quiso ayer hacer ninguna declaración.
La sociedad, propiedad de la familia de José Luis Juan, no ha superado la crisis económica que le llevó a suspender pagos en 2001, con un pasivo de 18,87 millones. A pesar de que logró levantar la suspensión tras un acuerdo con los acreedores, que suponía una quita del 10%, todo apunta a que la credibilidad financiera de la empresa quedó malparada ante la banca, que no habría dado el visto bueno a la necesidad de caja de la empresa para empezar la campaña.
La liquidación deberá atender tanto a los acreedores como a las indemnizaciones por despido de los empleados, la mayoría de los cuales lleva décadas en la empresa. El cierre también afectará a un número indeterminado de pequeños talleres de la zona que están subcontratados por la juguetera. Jesmar, fundada en 1946, llegó a superar los 20 millones de facturación a finales de la década de los noventa, si bien en el último ejercicio depositado alcanzó los 14,46 millones.
Una larga crisis financiera
En 2002, último ejercicio que ha presentado cuentas en el registro, Jesmar cerró con un beneficio neto de 0,5 millones, si bien ese año fue cuando levantó la suspensión. Varias fuentes del sector no descartan que el cierre esté vinculado, al menos en parte, a desavenencias en la familia propietaria.