Cuando el comprador busca proteger la tierra
En Cataluña hay 7.500 hectáreas (el equivalente a 10.000 campos de fútbol como el Camp Nou) en manos de un único propietario privado: la Fundación Territorio y Paisaje de la Obras Social de Caixa Catalunya. Desde su inauguración en 1997, la entidad adquiere territorios de interés ecológico y paisajístico con el objetivo de conservarlos. Hasta ahora la compra de las 7.500 hectáreas, repartidas en 19 espacios ubicados todos ellos en la comunidad autónoma catalana, ha supuesto una inversión de 10 millones.
Caixa Catalunya es la única caja española que destina una parte importante de sus fondos a la protección de espacios medioambientales. 'Puede haber alguna otra fundación que lo haga puntualmente, pero no hay ninguna que tenga una rama dedicada exclusivamente a esta actividad', explica un portavoz de la Obra Social.
'La Fundación Territorio y Paisaje importó la idea de otras entidades europeas como el National Trust de Inglaterra, el Natuurmonumenten holandés o el Conservatoire du Llittoral francés, pioneras en esta modalidad. La caja catalana reserva el 25% de los recursos que destina a obras sociales a la protección del medio ambiente a través de esta fundación.
Al contrario de lo que podría parecer no es fácil adquirir este tipo de espacio, que suele estar en manos de particulares. A priori, se supone que éstos no debieran tener demasiado interés en mantener un territorio protegido que, precisamente por esa condición, tiene muy controladas las posibilidades que se pueden desarrollar en él, pero no es exactamente así. Cuando el comprador sabe que el interesado en adquirir sus tierras es una entidad financiera 'normalmente exige un precio que dista mucho de ser razonable', explican fuentes de la entidad, 'hay negociaciones que duran años'.
La facilidad con la que llega a un acuerdo depende también del tipo de protección que tenga el territorio, de si es un parque nacional o uno natural, porque en estos últimos y en condiciones determinadas están permitidas las residencias.
Cuando Caixa Catalunya compra los parajes lo habitual es que restrinja aún más sus condiciones. Uno de los espacios adquiridos recientemente, en el delta del Ebro, incluye una reserva de caza, que el anterior propietario estaba muy interesado en mantener y que la fundación limitará en un plazo de 10 años.
El hecho de que los espacios naturales pasen a ser propiedad de Caixa Catalunya no supone que no puedan ser visitados por el público. Al contrario, la fundación los acondiciona para recibir excursionistas colocando bancos, marcando senderos, construyendo miradores e instalando carteles informativos. æscaron;nicamente si hay una situación especial que lo aconseje, como puede ser el caso de una zona con una especie animal que no críe fácilmente, se pueden limitar las visitas.
En el 2004 las fundaciones de las cajas españolas dedicaron a todo tipo de obra social un total de 1.140 millones de euros.
Humedales, montañas, bosques y desfiladeros
Durante los fines de semana la Fundación Territorio y Paisaje organiza visitas guiadas a alguno de los espacios que protege. Se trata de excursiones gratuitas abiertas a todo aquel que tenga interés en conocer la fauna y la flora específica de cada uno de los espacios protegidos.Los territorios de la fundación son de tamaños muy diferentes. La montaña de Alinyà, con 5.352 hectáreas, en la provincia de Lleida, el desfiladero de Mont-rebei, con 599 hectáreas y también en Lleida y el Puerto de Arnes en Tarragona, con 445, son los tres parajes más grandes entre los 19 adquiridos por Caixa Catalunya. Los territorios más pequeños son Ter Vell, antigua desembocadura del río Ter en Girona, la finca del Mas de las Cigüeñas en la provincia de Tarragona y el bosque de Tosca en Girona. Ninguno de los tres supera las tres hectáreas.