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Buen Gobierno

Las empresas prestan aún poca atención a los derechos del inversor

La protección de los intereses de los accionistas minoritarios es una de las líneas maestras de las reformas de transparencia y buen gobierno. Lo cierto es que la nueva regulación ha aumentado muchos de los derechos de los pequeños inversores, como el de poder disponer de la información necesaria a la marcha de la empresa antes de la junta de accionistas o el de que se contemple la posibilidad de ejercer el voto o su delegación a través de medios telemáticos, sin necesidad de trasladarse y acudir físicamente a la junta.

Sin embargo, los buenos propósitos a veces se quedan en poco más que eso. De acuerdo con un reciente estudio elaborado por una serie de expertos para la Fundación de Estudios Financieros en el análisis de una serie de variables aún se encuentran serias restricciones al ejercicio de los derechos de los minoritarios.

Por ejemplo, el derecho de asistencia a la junta está claramente limitado en la mayoría de las sociedades cotizadas, que establecen la obligatoriedad de representar un número mínimo de acciones, o valor nominal de capital social mínimo para poder asistir a la junta general de accionistas.

Al menos, lo que sí está extendido en la inmensa mayoría de las compañías es la oficina de relación con los accionistas y un espacio dedicado a la junta general de accionistas en las páginas web de las sociedades cotizadas. Pero con todo, el estudio califica como 'no elevada' la relación de derechos de los accionistas que mantienen las compañías. Según este mismo informe (Observatorio de Gobierno Corporativo de las grandes sociedades cotizadas en el mercado de valores español), son las grandes compañías las que más respetan los derechos de los pequeños accionistas.

Absentismo accionarial

El catedrático de derecho mercantil y uno de los impulsores de la nueva asociación de accionistas minoritarios, José María de la Cuesta, asegura que la Ley de Transparencia buscaba no resignarse al tradicional absentismo de los minoritarios, sino que 'busca que los accionistas del capital flotante se puedan organizar para participar en la vida de las sociedades. Pero no se trata de una confrontación, sino de establecer el cauce para la participación real de los minoritarios en las empresas'.

Según De la Cuesta, los accionistas tienen inquietudes 'y nuestra asociación tiene la aspiración de ayudarles organizando a cada uno con su propia sociedad'. De la Cuesta se defiende de quienes han criticado su asociación preguntándose que qué tiene que ver que sus miembros tengan excelente relación en empresas o que la secretaría de la organización se haya encargado a un bufete de abogados. 'Nuestro espíritu es de colaboración y no de confrontación'.

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