Los minoritarios ganan protagonismo
Las asociaciones de defensa de los accionistas desatan un intenso debate sobre cuál es la mejor manera de acabar con la apatía del inversor
Llega la época de las juntas. Y con ella la del renovado interés por los pequeños accionistas, cuya apatía a la hora de participar en la vida de las empresas en las que tienen sus inversiones supone, en opinión de muchos expertos, uno de los grandes problemas que afectan al buen gobierno. Se trata de una falta de interés que se ha llegado a bautizar con el nombre de 'apatía racional del minoritario'. Según esta tesis es muy difícil que un pequeño accionista vaya a dedicar tiempo y recursos a informarse de la marcha de la sociedad y a tomar una participación activa.
'Hasta que no les aprieta el zapato no acuden a nosotros', reconoce Manuel Pardos, presidente de Adicae, asociación de consumidores y usuarios de productos financieros que han intervenido en casos tan sonados como Gescartera o la opa de Terra. 'Representamos a pequeños ahorradores, que no siguen la evolución de sus acciones, que entraron en Bolsa por la inercia del mercado', explica Pardos.
Para muchos la apatía de los pequeños inversores es un problema. José María Garrido, el único español que integró la comisión que elaboró el informe Winter en el seno de la UE y miembro del Foro Europeo de Gobierno Corporativo que acaba de constituir la CE, así lo cree pero al mismo tiempo desconfía de que los accionistas pasen a convertirse en protagonistas de las corporaciones.
Muchos opinan que la apatía de los pequeños accionistas supone un verdadero problema para el buen gobierno
La aparición la semana pasada de una nueva Asociación de Accionistas Minoritarios de Empresas Cotizadas (Aemec) ha removido los cimientos del gobierno corporativo en España. La casi unánime simpatía hacia las muestras de activismo accionarial se rompe a la hora de analizar el papel que pretende jugar Aemec, fundada entre otros por Juan Bolás, ex presidente del consejo general del notariado; Javier Cremades, abogado y socio de Cremades & Calvo Sotelo o Julián García Vargas, ex ministro de Sanidad y de Defensa; Rafael Puyol, ex rector de la Universidad Complutense o el catedrático de derecho mercantil José María de la Cuesta.
Las críticas no se han hecho esperar, especialmente por otras asociaciones que consideran que Aemec viene a proteger a grandes inversores con intereses dentro de las compañías. 'Tienen un conflicto de intereses muy fuerte pues son los mismos abogados que defienden a los consejeros delegados de las corporaciones', asegura Julián de Fabián, presidente de la asociación de accionistas de Terra, Accter.com. Esta asociación incluso ha denunciado ante la CNMV y el colegio de abogados al despacho de Cremades & Sotelo.
Aemec, por su parte, aclara que tratan de cubrir el vacío que existe en la defensa y protección de los intereses legítimos de los accionistas minoritarios y que no se consideran combativos, sino que pretenden ser un foro de debate y no de confrontación.
Polémicas aparte, la dispersión de accionistas, la falta de incentivos para votar en la junta general y la pasividad de muchos inversores preocupados únicamente por la rentabilidad de su dinero, han contribuido a la pérdida de influencia de los accionistas en las juntas generales. Ahora las cosas parecen estar cambiando aunque no al ritmo del mundo anglosajón, donde desde hace tiempo los pequeños inversores se han mostrado mucho más activos y han sido capaces incluso de destituir a directivos por su mala gestión, como sucedió con Eurotunnel, por poner sólo un ejemplo.
En opinión del Luis Fernández del Pozo, director del servicio de coordinación de los Registros Mercantiles, es 'absolutamente imprescindible' que los minoritarios abandonen la apatía racional. En su opinión hay dos corrientes entre los expertos de gobierno corporativo: una, tendente a dejar las cosas como están; y otra, que pasa por el diseño de instrumentos que estimulen la participación y la protección de los minoritarios.
Precisamente, las asociaciones son uno de los instrumentos que pueden favorecer la participación de los minoritarios. En opinión, Del Pozo, debería haberse aprovechado la Ley de Transparencia para permitir algunas facultades a este tipo de asociaciones, como las de obtener delegaciones de voto y la legitimación para reclamar frente a las actuaciones de los administradores.
Sin embargo, Luis Fernández del Pozo cree que los condicionamientos legales no dejan demasiado espacio para el éxito de estas asociaciones. En primer lugar, porque el tiempo entre la convocatoria de la junta y su celebración es demasiado escaso como para analizar toda la documentación de la empresa y además, no tienen acceso a las listas de accionistas. Para Del Pozo lo óptimo sería que las asociaciones pudieran hacer 'campaña' en las webs de las propias compañías. 'Sería lo más justo desde el punto de vista democrático'.
Otros expertos reconocen el 'infradesarrollo' que sufren las asociaciones de accionistas minoritarios en España frente al activismo que muestran en otros países como Estados Unidos, donde hasta las iglesias ofrecen a sus fieles indicaciones sobre la tendencia del voto. En España las escasas asociaciones de empresas que existen han nacido al abrigo de problemas particulares surgidos en empresas concretas. Es el caso de la Asociación de Reagrupamiento de Accionistas de Banesto, surgida a raíz de la intervención del banco en 1993, de Adicae que cobró relevancia con el caso Ava o de Accter, formada por accionistas de Terra a raíz de los primeros rumores de fusión con TPI en 2002.
Hay quien considera que este tipo de asociaciones funcionan cuando se organizan en torno a una empresa concreta, pero no cuando se trata de representar a todos los minoritarios. 'Es una arrogancia', asegura un experto en gobierno corporativo que prefiere no revelar su identidad, pero considera que 'en el río del buen gobierno parece que ahora todos quieren pescar'.
Accter.com 'Sin nosotros, Terra no existiría hace tiempo'
'Telefónica nos ha escuchado, pero luego no nos ha hecho caso', explica De Fabián, fundador y presidente de la asociación de pequeños accionistas de Terra Accter.com.'Sin nosotros, Terra no existiría' se atreve a afirmar De Fabián, quien defiende a toda costa su asociación como principal movimiento de resistencia de los accionistas minoritarios frente a los intereses particulares de Telefónica.De Fabián fundó Accter.com, que representa a más de 4.000 inversores, cuando empezó el rumor de fusión entre la filial de internet con TPI Páginas Amarillas en 2002, pues le parecía una operación poco beneficiosa para quienes habían comprado en la salida de este valor a Bolsa cuando alcanzó sus máximos históricos. Desde entonces su activismo ha ido creciendo, interviniendo en la junta de 2003, frenando la opa posterior y oponiéndose a la actual propuesta de fusión Terra-Telefónica.De Fabián prepara una federación global de asociaciones de accionistas, que se presentará a finales del mes de marzo que tiene por finalidad representar los intereses exclusivamente de accionistas minoritarios.
Es la ley Principios que se han de exigir
Ley de Sociedades Anónimas Reconoce unos derechos económicos, informativos y de representación para los accionistas, que no siempre están garantizados, según denuncia Adicae.Económicos El accionista tiene derecho a recibir dividendo y se le debe dar un trato preferente a la hora de suscribir las ampliaciones de capital de la compañía.Representación Se debe poder asistir a las juntas generales y contar con voz y voto. Adicae considera que en la práctica el poder de maniobra de los pequeños accionistas queda reducido al mínimo. La mayoría de los accionistas no cuentan con el mínimo necesario para contar con voto y asistencia, y se ven obligados a delegar en otros, generalmente el banco depositario de las acciones. Si entre todos los promotores alcanzan un 5% del capital, los accionistas tienen derecho hasta de convocar la junta general y fijar su orden del día.Información Cualquier accionista puede solicitar los informes y aclaraciones que considere oportunas sobre el orden del día. Este derecho queda desvirtuado, según Adicae porque los consejos de administración acuden a las juntas con las propuestas ya aprobadas.Códigos de buen gobierno Adicae dice que éstos en la práctica se han quedado en una cuestión de imagen y cree que la mejor de defensa de los inversores es organizarse en clubes cuya unidad garantizan el derecho de representación.
Setem 'Somos una distorsión en las juntas de Inditex'
Setem, la ONG de comercio justo, eligió el activismo accionarial como parte de su estrategia para despertar la conciencia de las grandes empresas textiles. Cuando Inditex salió a Bolsa compraron un paquete de acciones que les dio derecho a participar en la junta de la compañía como ya había hecho Greenpeace hace años con una participación en Shell.Su primera intervención causó un gran revuelta. 'Después de una hora y media contando los grandes éxitos de la compañía preguntamos acerca de si Inditex controlaba el respeto a los derechos humanos en sus talleres de producción de terceros países', recuerda David Álvarez, director de la ONG. 'Somos una distorsión en la junta, pero cada año nos esforzamos por hacer nuevas preguntas siempre apoyadas con datos', insiste.Sus intervenciones han logrado una gran repercusión en la prensa, y gracias a ellas se les abrió las puertas de Arteixo.'No sé si por nuestra influencia, pero después de la primera intervención, Inditex creó su departamento de RSC y empezó a auditar sus talleres externos'.
Adicae 'Los bancos no están siendo responsables'
El primer caso que Adicae llevó a los tribunales fue el de la agencia de valores Ava, que vendía como garantizados fondos de pensiones que en realidad estaban siendo puestos a futuros, lo que originó que cientos de personas perdiesen hasta la mitad de sus ahorros. Gescartera es otro de sus grandes casos, en el que defienden a 1.200 de los 2.000 inversores que existían. Y también, han intervenido en la opa de Terra.Para Manuel Pardos, su presidente, en España hay una falta de cultura financiera que ha dado lugar a que la gente invierta sus ahorros guiados exclusivamente por los consejos de sus bancos. 'Los bancos no han sido responsables. No tienen profesionales preparados para explicar los productos financieros y no hacen esfuerzos para promocionarlos correctamente', opina Pardos, quien dice que Adicae defiende 'la acción popular'. Uno de sus grandes logros fue empujar la aprobación del fondo de garantía de manera retroactiva de modo que cubrió con sus 20.000 euros a los afectados por Ava, y también ha conseguido que se aplique a los inversores de Gescartera.