La eurozona busca aliados en los nuevos socios
La reforma del Pacto de Estabilidad no sólo debe satisfacer a los 12 países de la zona euro, que desde la ampliación de la Unión Europea el pasado 1 de mayo están en minoría, sino también a los 13 Estados que no comparten la divisa común.
Los ministros de Economía de la zona euro han ignorado prácticamente durante los seis meses de negociación a sus homólogos del resto de la Unión Europea. Pero ayer incluyeron entre las propuestas para flexibilizar el Pacto una referencia expresa a la tolerancia de la Unión hacia el coste fiscal de la reforma del sistema de pensiones.
Esta oferta favorece a los países del antiguo bloque socialista, que están introduciendo la financiación privada de las pensiones. 'Aunque esta reforma lleva a un deterioro de la posición fiscal a corto plazo, el cambio mejora claramente las perspectivas a largo plazo sobre sostenibilidad de las finanzas públicas', reconoce el borrador sobre el nuevo Pacto.
La zona euro se muestra dispuesta a computar de manera escalonada durante cinco años el impacto fiscal de la reforma de las pensiones. Esta tolerancia, de momento, sólo afecta al momento de aplicar el Pacto cuando alguno de esos países supere el límite del 3% de déficit público.
Los ministros de Economía de la zona euro dudan sobre la posibilidad de extender la bula al examen de los criterios de Maastricht. El ingreso en la zona euro requiere un déficit inferior al 3% y hasta ahora no se ha permitido la entrada de ningún socio que no cumpliera ese criterio. La tolerancia ha sido mayor con el criterio de deuda (60% como máximo), pues Bélgica, Italia y Grecia superaban ese umbral en el momento de la adhesión al euro.
Reunificación
El último borrador para la reforma del Pacto alude a la posibilidad de superar el 3% de déficit público si 'la reunificación de Europa' tiene en algún país 'consecuencias negativas sobre el crecimiento o la carga fiscal'. Un alusión a la unificación alemana.