_
_
_
_
Lealtad, 1
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

El Ibex resiste, hasta que deja de hacerlo

La única verdad del mercado de valores, el único hecho, es el dinero, que es lo que fija los precios. Más allá del dinero todo se vuelve gaseoso. Previsiones, expectativas, ciclos económicos y cálculos cuantitativos. Por ejemplo, el mercado estaba como unas castañuelas últimamente por aquello de que aguantaba bien la escalada del precio del petróleo. Una noticia que es cierta. Al fin y al cabo, lleva ya tiempo caro y ello no ha cortado la recuperación de los mercados. Si acaso, ha obligado a recalcular las previsiones de crecimiento económico y ha hecho daño a Europa. Pero no es comparable el efecto que pueda estar teniendo hoy por hoy con el registrado en la crisis petrolera oficial en los años 70 y principios de los 80.

Pero eso no quiere decir que la economía occidental, esa que gana dinero con la consultoría y no con la siderurgia, pueda obviar el barril. La Bolsa, por aquello de que a veces a la gente le cuesta perder dinero, ha sido hasta el momento reacia a reflejar en precio la subida del petróleo. A nadie le gusta que se acabe la fiesta si todo el mundo gana dinero. Pero esta fiesta ya ha llegado al punto en el que los comensales empiezan a excusarse ante la percepción de que se acabó lo que se daba.

Así que la Bolsa aguantó mientras aguantaba, pero ya ha dejado de hacerlo. No debería extrañar al inversor que del mejor de los mundos posibles, el que reflejaba la encuesta de gestores de fondos de Merrill Lynch de marzo, se pase al pesimismo más obstinado. El inversor tiene la mala costumbre de confundir hechos con palabras. Aunque todos los elementos indiquen que la Bolsa va a bajar, ésta no tiene por qué hacerlo. Y, al contrario, por el hecho de que la Bolsa baje no significa que vaya a seguir haciéndolo ni justifica cualquier argumento que se dé para ello.

Si las cosas siguen, pues, su curso normal, el mercado vivirá una corrección más virulenta en términos de expectativas que de precios. Y, dentro de un tiempo, hablarán las cifras para que vuelva a girar la ruleta.

Archivado En

_
_