La estrella de Mercedes pierde su brillo
La estrella más famosa de la industria de la automoción pierde brillo. Y el nuevo responsable de la marca, Eckhard Cordes, parece no encontrar sino problemas en su corta carrera en lo alto de la mayor marca de coches de lujo del mundo, puesto al que accedió en otoño. Una situación que parecía inverosímil hace apenas dos años, cuando era Chrysler, la pata estadounidense del grupo, la que se ahogaba en innumerables problemas y Mercedes Benz la que tenía que compensar sus pérdidas.
La última preocupación de Cordes parece ser la deslealtad de algunos de sus empleados. Eso es, al menos, lo que investiga la Fiscalía de Stuttgart, y lo que ha llevado al despido fulminante de Jürgen Fahr, responsable de ventas de Mercedes y de la marca Maybach en Alemania; y al de Walter Missing, responsable por su parte de la filial de Mercedes en Hamburgo. A estas dos personas se les une también el anterior despido de Eckhard Panka, ex director general de la red de ventas de todo el grupo en Alemania. La Fiscalía calcula que, en total, pueden estar implicadas once personas, 'la mayor parte' empleados del imperio industrial germano-estadounidense.
Pero, ¿de qué se acusa exactamente a todos estos directivos que han empañado el nombre de Mercedes? Las irregularidades van desde la presunta utilización de medios de la compañía para uso privado hasta la creación de un mercado paralelo con coches de Mercedes.
El antecesor de Cordes, Jürgen Hubbert, incrementó la presión comercial sobre su red de ventas, lo que obligó a algunos establecimientos a ofrecer fuertes descuentos a empresas o a alquiladoras tradicionales o de bajo precio como Sixt.
En algunas ocasiones, sin embargo, ciertos compradores decían adquirir modelos de Mercedes Benz para usarlos como coches de flota, lo que les proporcionaba fuertes descuentos. Los turismos, sin embargo, se exportaban acto seguido a mercados como Rusia, Japón o a algunos países árabes. Allí, al amparo de contratos de exclusividad, se volvían a poner a la venta como coches nuevos. En algunos ocasiones, apuntan ciertos medios alemanes, los artífices de este mercado eran trabajadores del propio consorcio.
El nuevo reglamento comunitario de distribución no prohíbe esta práctica. No obstante, estos mercados paralelos van en beneficio del propio trabajador, y no de la empresa, lo que lo convierte en un hecho perseguible, a parte del fraude fiscal que ya investiga la justicia de Stutgart. Además, empañan la imagen de la marca, uno de sus principales activos. Hasta ahora, la dirección parecía haber mirado hacia otro lado. Con Cordes, estas prácticas parecen haber tocado a su fin.
El directivo, sin embargo, tiene preocupaciones más acuciantes. Las ventas no han hecho sino descender en los últimos dos ejercicios hasta sentir en el cogote el aliento de su rival del sur, BMW. En Europa, las matriculaciones de Mercedes Benz cayeron el 9,6% en los en los dos primeros meses del año. Una erosión que responde al mal momento del mercado y a los problemas de fiabilidad.
Intentos para salir del bache
En un intento por mejorar ventas, el consejo decidió el miércoles apartar a Joachim Schmidt del cargo de responsable comercial y situar en su lugar a Klaus Maier, responsable de la unidad de vehículos industriales de Europa y Latinoamérica. Además, Mercedes ha llevado a cabo lo que se conoce por ofensiva de producto, es decir, el lanzamiento de cuatro nuevos modelos durante este año.Cordes, en cualquier caso, asegura que bajo su mandato perderán importancia los volúmenes de ventas frente a la rentabilidad. Y es que en este campo, Mercedes también ha sufrido una considerable erosión. Sólo en el cuarto trimestre de 2004, el beneficio bruto cayó el 97% hasta 20 millones de euros, informa Bloomberg.El resultado operativo del grupo el pasado año cayó un 47,6% hasta 1.666 millones de euros. Por ello, Cordes ha elevado de 3.000 a 4.000 millones de euros el objetivo de ahorro para la división hasta el año 2007. Parece factible que lo consiga. No en vano, fue el responsable en su anterior cargo del reflotamiento de la unidad de vehículos industriales, en la que eliminó 16.000 empleos.Pero para encontrar esta rentabilidad, Cordes también ha de encontrar una salida a Smart, el fabricante de microcoches que ha perdido unos 2.500 millones de euros desde que comenzó a vender su automóvil para dos personas ForTwo, según las estimaciones de los analistas.Las ventas de 2004 se preveían en 200.000 unidades y se quedaron en 140.000. Para este año, sus pérdidas se estiman en 600 millones y se ve con pesimismo la posibilidad de que se alcance el punto de equilibrio en 2006. Esta circunstancia parece haber provocado la cancelación de diversos proyectos, como un todoterreno derivado del modelo de cuatro puertas.