Los países ricos critican la propuesta de la UE sobre el reparto de fondos
Los países contribuyentes netos al presupuesto de la Unión Europea, encabezados por Alemania, Reino Unido, Países Bajos y Suecia, son los más críticos con la primera propuesta de compromiso presentada por la presidencia luxemburguesa sobre el reparto de fondos para el periodo 2007-2013, que España considera una "buena base" para la negociación, según fuentes diplomáticas europeas.
Los cuatro países más reticentes al marco negociador de Luxemburgo son, junto con Francia y Austria, los que quieren limitar el presupuesto comunitario al 1% del PIB de la UE, a costa de un recorte sustancial de las ayudas regionales que perjudicaría especialmente a España.
Los Veinticinco discutieron ayer el documento por primera vez, a nivel de embajadores y cada delegación volvió a repetir sus "preocupaciones", sin que ningún Estado miembro haya cambiado de postura, destacaron las fuentes. El debate se desarrolló en términos "generales", sin entrar todavía en los detalles concretos.
Alemania defendió que sería mejor continuar las negociaciones sin ningún documento sobre la mesa porque la propuesta de la presidencia luxemburguesa "limitaba la discusión". Asimismo, criticó que el texto de compromiso no da suficiente prioridad a la inversión en I+D ni a las políticas de Justicia e Interior. El representante alemán dijo que no le parece posible lograr un acuerdo para el mes de junio, tal y como pretende Luxemburgo.
Alemanes, británicos, holandeses y suecos
Las tesis de Alemania fueron secundadas por británicos, holandeses y suecos, que censuraron que la propuesta no recoge algunas de las cuestiones sobre las que ya se había alcanzado un acuerdo durante las presidencias anteriores irlandesa y holandesa, un argumento que fue rebatido por el embajador luxemburgués.
Entre los países más favorables al marco negociador que intervinieron en la reunión se encuentran Bélgica, los Estados bálticos o Hungría. Por su parte, Francia señaló que se trata de una "buena base de trabajo", aunque manifestó que mantiene "algunas observaciones" al texto, según informaron fuentes diplomáticas francesas.
España cree también que el compromiso constituye una "buena base de negociación", según explicó esta semana el secretario de Estado de Asuntos Europeos, Alberto Navarro. Navarro destacó que el documento tiene en cuenta "el problema español, la necesidad de que haya un periodo transitorio, una gradualidad, y un reparto equitativo de las cargas de la ampliación". En este sentido, insistió en que se recoge explícitamente el principio de "equidad".
Los Veinticinco seguirán negociando la propuesta de la presidencia durante todo el mes de abril a nivel de embajadores, y entrarán en el detalle de cada una de las rúbricas. El texto luxemburgués, titulado 'Perspectivas financieras 2007-2013. Marco de negociación', enumera los capítulos de gasto prioritarios para la Unión Europea, pero todavía no contiene ningún número ni ninguna propuesta de reparto de fondos entre las diferentes categorías.
Nueva propuesta para reformar el PEC
La presidencia luxemburguesa de turno de la UE ha presentado a los países miembros una nueva propuesta de compromiso para la reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, que será discutida el próximo domingo por los ministros de Economía y Finanzas (Ecofín) de la Unión. La presidencia envió a las 18.00 una nueva propuesta a las capitales, de cuyo contenido no se conoce ningún detalle. Este será el texto sobre el que discutirán los responsables económicos de la UE en una reunión extraordinaria el próximo domingo, que será su último intento para cerrar la reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, de forma que pueda presentarse para la aprobación a los jefes de Estado y de Gobierno la semana que viene. El Ecofin no logró un acuerdo en su reunión del pasado día ocho sobre un texto de compromiso también presentado por la presidencia luxemburguesa. En aquella cita, las discusiones se radicalizaron en torno a la creación de una lista de "factores relevantes", pues los ministros no se ponen de acuerdo sobre su extensión y países como Austria, Holanda, Lituania o Hungría consideran que las pretensiones franco-alemanas iban demasiado lejos.