Música al ritmo de un jacuzzi
Si la música puede ser utilizada para mejorar la salud física y psíquica de las personas y el agua tiene poderes terapéuticos sobre cuerpo y mente, cuando ambos elementos se unen se crea uno de los tratamientos más reconfortantes para concluir una estresante jornada.
La creciente sofisticación del mundo del wellness cuenta ahora con un producto que suma las propiedades de la hidroterapia con las de la musicoterapia y, aunque la demanda actual está centrada en balnearios, spa y hoteles, algunos de los modelos se adaptan bien a las dimensiones de un mediano apartamento.
Y symphonyspa, bañera de Freixanet y la empresa alemana Klafts, es uno de los ejemplos de esa tecnología. El jacuzzi o bañera proporciona masajes con las ondas del sonido, mientras que el recipiente actúa con si fuese un gran altavoz o un caja de resonancia. A él se le puede conectar la música que se desee desde la cadena o equipo habitual. El jacuzzi tiene una gran profundidad para que el agua cubra todo el cuerpo (además caben dos personas) y cuenta con luces subacuáticas.
El precio es similar o algo superior al de otros productos de estas firmas (más de 6.000 euros), aunque el coste final depende en gran parte de los gastos de la instalación, que es integral ya que se trata de proyectos que se proporcionan 'llave en mano'.
Son ya varios los hoteles y spa que se están uniendo al programa música más masaje y lo están incorporando a sus prestaciones y aparatos habituales. Estos son los casos del circuito del spa La Calderona, de Valencia, o el Hotel Hacienda Coyococ, cerca de Cuernavaca (México). Y como casi todos estos placeres tienen réplicas en Asia; otra de las modalidades para disfrutar de una combinación armoniosa de masaje en el agua con la relajación que produce la música es el watsu.