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Banca

El relevo en Caixa Catalunya inaugura una etapa de cambios

La prevista renuncia de Antoni Serra Ramoneda como presidente de Caixa Catalunya y la designación del ex vicepresidente del Gobierno Narcís Serra llega justo cuando la caja acomete un nuevo plan estratégico. Fuentes de la entidad auguran, además, cambios en la organización.

La renovación entra de golpe en Caixa Catalunya. Con los ojos puestos en que el actual presidente, Antoni Serra Ramoneda, anuncie en la asamblea general de hoy su retirada tras 21 años en la caja y uno después de su última reelección, se abre una etapa de reorganización interna justo cuando toca afrontar el plan estratégico para los próximos tres años.

Pocas dudas quedan de que la llegada -largamente gestada en el entorno político, a decir de algunos consejeros- de Narcís Serra, ex vicepresidente del Gobierno y ex presidente del PSC, provocará cambios de organización, unidos a los que imponen los nuevos retos de rentabilidad del plan estratégico. Al menos así lo pronostican en los órganos de gobierno de la caja, según las fuentes consultadas.

Los que le conocen como consejero (entró en marzo del año pasado en la asamblea general y luego en el consejo) auguran un estilo 'más intervencionista que el de Serra Ramoneda' en cargo que nominalmente no es ejecutivo, como ocurre en otras cajas. Esto plantearía un choque con la forma de llevar el día a día del actual primer ejecutivo de la entidad, el director general José María Loza, que puede saldarse con modificaciones.

En cuanto al apoyo al nuevo presidente, pocas dudas quedan de que será prácticamente unánime en el consejo que se celebrará tras la asamblea. De los 21 miembros, el PSC y los representantes de impositores (clientes) son mayoría (seis y ocho consejeros, respectivamente). Mientras, CiU -que se ha opuesto sin éxito a la entrada de Serra- tiene tres vocales, igual que los sindicatos (CC OO, dos y uno UGT) e Iniciativa per Catalunya Verds, uno. Los consejeros, que ayer tuvieron la reunión previa a la asamblea, no han conocido oficialmente la renuncia de Serra Ramoneda por él hasta la semana pasada.

Consejo extraordinario para nombrar al sucesor

Reunión de trámite ayer en el consejo ordinario de la segunda caja catalana. Salvo por la comunicación finalmente oficial a los consejeros de que mañana queda convocada una nueva reunión tras la asamblea general para designar al nuevo presidente.Los 21 miembros del consejo recibieron ayer una carta en la que se comunicaban los dos puntos del orden del día en la reunión extraordinario de hoy. El primero es la designación de un nuevo consejero que sustituirá al actual presidente Antoni Serra Ramoneda, que presentará hoy su renuncia ante la asamblea. El candidato probablemente será del grupo del PSC a propuesta de la Diputación de Barcelona. El segundo el nombramiento del presidente entrante.Formalmente es la Diputación de Barcelona (como entidad fundadora de la caja) la que propondrá un candidato a sucesor. El nombre suena desde hace dos meses cuando se difundió que el ex vicepresidente del Gobierno y ex ministro de Defensa Narcís Serra (de formación doctor en Ciencias Económicas) tenía los apoyos para ser el sucesor.Aunque enterarse por la prensa molestó a algunos consejeros del grupo de impositores (los más alejados teóricamente del ámbito político), el respaldo mayoritario para aprobar la sucesión está asegurado con creces.El deseo de que haya una fase de cambio tranquilo es algo generalizado en la cúpula de la entidad, algo lógico si se tiene en cuenta que, en general, en las cajas de ahorros cualquier cambio ligado con el entorno de los políticos presentes en sus órganos de gobierno despierta el temor a que se generen críticas que puedan afectar a la imagen. La prioridad para las cajas es separarlo de toda influencia sobre el negocio.

El voto de castigo de los sindicatos

Los sindicatos mayoritarios de Caixa Catalunya darán hoy un voto de castigo a la gestión del director general, José María Loza. La división de servicios financieros Comfia-CC OO anunció ayer a través de un comunicado que sus nueve representantes en la asamblea de la entidad votarán en contra del informe de gestión y del plan de actuación para este ejercicio. Fuentes sindicales de los órganos de gobierno apuntan, además, el apoyo de UGT, el otro mayoritario, junto con el sindicato de cajas Csica. La incógnita es la postura de la central catalana SEC.El malestar de las centrales viene de lejos. Y ahora han decidido aprovechar el relevo en Caixa Catalunya en una demostración pública de descontento con el director general.En el foco del enfrentamiento se encuentra la negativa de la entidad catalana a aplicar medidas laborales que fija el convenio sectorial de las cajas. A esto se une el descontento provocado cuando se negoció el plan de prejubilaciones que en principio ha afectado a unos 150 trabajadores.Los sindicatos apuntan que con un beneficio récord de 248 millones de euros el año pasado, un 23,7% más que en el ejercicio precedente, los beneficios percibidos por la plantilla no han sido palpables en cuanto a mejoras laborales.Las críticas llegan justo cuando la caja tiene que aprobar en asamblea el plan trienal para aumentar la rentabilidad, la eficiencia y un plan de expansión mediante 200 nuevas oficinas. La caja, que hasta hace dos años era indiscutiblemente la tercera en el ranking, ahora tiene que luchar con la dura competencia de las valencianas Bancaja y CAM que, de momento, le superan en beneficios.

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