Marcas blindadas contra la imitación
El primer paso para poner en marcha una nueva marca es dar con una creación que no exista en el mercado. Luego, hay que registrarla para que quede acreditada su titularidad y los productos y servicios a los que se va a destinar. Esta protección puede hacerse a nivel nacional, europeo o internacional. Durante la vida de la marca, hay que estar atento a que nadie la usurpe, por ejemplo, registrando otra parecida.
Todo esto, señala Javier Ungría, presidente de Ungría Patentes y Marcas, forma parte de la llamada gestión de la marca. Con una buena gestión se pueden ver marcas centenarias. Es el caso de enseñas como El Gaitero, que se creó en 1909, Bodegas Bilbaínas (de 1902) o el restaurante Botín que registró su marca Pastelería de Botín en 1902.
Ahora bien, tener una marca fuerte tampoco es sinónimo de protección al ultranza. Conflictos como el de la multinacional Nike con la española Nike o el que tuvo Mister Proper cuando en España quiso registrar Don Limpio y ya existía el limpiador Relimpio ponen de manifiesto que los parecidos están a la orden del día.
Según explica Ungría, 'no haber investigado la existencia de marcas parecidas a la que se quiere sacar o que la marca no esté adecuadamente protegida de falsificadores y competidores' son las dos fuentes principales de conflicto. Al tiempo reconoce que 'también hay quien busca marcas sin proteger' y las registran con 'un interés ilegítimo o desleal'.
Para intentar minimizar los riesgos, la empresa Ungría acaba de lanzar un buscador de marcas en la red. Con una inversión de cuatro millones de euros en los últimos tres años han logrado crear una base de datos con más de cuatro millones de marcas tanto nacionales como comunitarias e internacionales. Además, incluyen 2,2 millones de imágenes digitalizadas.
Para acceder hay que darse de alta de modo gratuito en www.ungria.com y pagar 25 euros por información solicitada. El tiempo empleado en la búsqueda es de 'entre dos y quince segundos' afirma Ungría. 'Hasta ahora esto podía costar 250 euros y tardar de dos a cinco días'. La empresa lleva 115 años dedicada a gestión de marcas, tiene más de 250.000 expedientes de clientes y tramita el 10% de las enseñas registradas en España. El interesado en obtener este tipo de información también puede ir a la Oficina Española de Patentes y Marcas (www.oepm.es). Los datos que se facilitan son más limitados, pero gratuitos.
De media, registrar una marca cuesta 1.200 euros. El registro otorga protección durante 10 años, pasados los cuales hay que renovarla, lo que puede costar unos 400 euros. Según Ungría, la ley actual suprimió la tutela de oficio de la Administración. Ahora son los titulares los que deben oponerse a las nuevas enseñas que van surgiendo. Para ello hay que acudir a los boletines quincenales de cada Comunidad Autónoma, por lo que la vigilancia a través de internet resulta muy útil.
Los pícaros se adueñan de los nombres en la red
De poco sirve blindar una marca si se deja al azar la protección en internet. Los ciberokupas están al corriente de los dominios registrados y de los vacíos. En cuanto ven que una empresa no tiene el dominio .com o el .net van a por ello. Ganar dinero o, simplemente, desacreditar son algunos motivos de esta usurpación. Compañías con marcas sólidas como El Corte Inglés vivió en el año 2000 esta ciberocupación con su marca Hipercor. Un particular que había registrado la página hipercor.com colgó en ella imágenes pornográficas y pidió más de 300.000 euros por transferir el dominio. No hizo falta pagar, porque la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) resolvió el asunto a favor de Hipercor. Este caso no es el único. El músico Luis Cobos, Bankoa, Banco Zaragozano o Banco Santander también han sufrido usurpación.