La gran banca británica bate récord al ganar 43.500 millones
La gran banca británica cerró 2004 con unas ganancias récord de 43.500 millones de euros. El conjunto de los bancos españoles ganaron 7.766 millones y las cajas, 5.181. Los expertos dicen que la banca británica es tan rentable porque el Gobierno no intenta controlar su actividad.
Lloyds TSB cerró el viernes la temporada de presentación de los resultados de la banca británica de 2004. El quinto banco del Reino Unido superó las expectativas de la City al ganar 3.490 millones de libras (unos 5.060 millones de euros). El resultado de los cinco grandes bancos, HSBC, Royal Bank of Scotland, Barclays, HBOS y Lloys TSB, suma más de 30.000 millones de libras (43.500 millones de euros). El secreto de su éxito radica en que desde finales de la Segunda Guerra Mundial es lo que ha caracterizado la política económica del Reino Unido: sálvese quien pueda.
'La banca británica es tan rentable porque a diferencia de lo que ocurre en Europa, el Gobierno casi nunca ha tratado de controlar sus actividades', dice Philip Middleton, director de banca de la consultora Ernst & Young. 'También hay que tener en cuenta que el Reino Unido es la quinta economía del mundo, gracias en gran parte a esta política de capitalismo liberal. Más recientemente, la economía británica ha disfrutado de una década de fuerte crecimiento, lo que significa un incremento de la demanda y un bajo nivel de la morosidad'.
La neutralidad del Gobierno se ha puesto a prueba en varias ocasiones en los últimos tiempos, sobre todo cuando la absorción de NatWest por el Royal Bank of Scotland, un hecho que unos años atrás los analistas hubiesen considerado impensable. NatWest empezó a ir a la deriva cuando intentó comprar la aseguradora Legal & General, en contra de la voluntad de sus propios accionistas.
La compra de Abbey por el Santander el año pasado marca otro hito en el proceso liberalizador de la banca británica. El primer gran ejemplo se puso de manifiesto hace 13 años, cuando el HSBC se hizo con Midland Bank. Midland, en su día el mayor banco del mundo, empezó a tambalearse a finales de los 80 tras la compra del estadounidense Crocker, un banco que estuvo al borde de la quiebra sin que nadie en la ejecutiva de Midland se diese cuenta de la situación.
'Hace 30 años la banca británica vivía una existencia que prácticamente no había sufrido cambios desde la edad victoriana', asegura John Reeve, socio de la consultora Deloitte. 'Pero el mundo empezó a cambiar y de repente la banca británica tuvo que hacer frente a la necesidad de crecer, competir y colocar nuevos productos en el mercado. Pero al principio no disponía de los mecanismos necesarios para efectuar estos cambios. En realidad se trata de un proceso de paulatina adaptación a las nuevas realidades y el resultado ha sido la formación de unos cuadros ejecutivos del primer orden'.
10 años después de la crisis de Barings
El ejercicio récord que ha presentado la gran banca británica coincide con el décimo aniversario del colapso de Barings, el más antiguo de los bancos mercantiles de la City de Londres, que quebró en 1995 tras destapar un agujero de unos 1.200 millones de euros. El responsable directo de la quiebra fue el intermediario estrella del banco, Nick Leeson, quien acumuló en sus operaciones en Singapur unas pérdidas gigantescas que las mantuvo ocultas a los directivos de Londres.La desaparición fulminante del emblemático Barings, pese a la calamidad que suponía para la casa y sus empleados, resalta de modo irónico la fuerza de la banca británica. Nadie creía en su día que el Banco de Inglaterra fuera capaz de dejar quebrar este banco sin intervenir, pero así fue: ni salvavidas, ni un céntimo de la arcas del banco central para salvar a Barings. John Reeve cree que la banca británica no puede dormirse en los laureles, porque de igual modo que el Santander irrumpió inesperadamente en el mercado con la compra de Abbey, otros esperan su oportunidad.