Estrategias del Císter para dirigir negocios
Tiene algo que ver una robusta abadía del Císter con una empresa actual?, ¿se parecen en algo los ejecutivos actuales con los monjes que colonizaron las tierras despobladas de la Europa medieval? A primera vista, la relación resulta un tanto extraña; sin embargo, 110 altos ejecutivos de la empresa de transportes Redur ha demostrado que es posible tal parangón.
Esta empresa de transporte y logística ha elegido el zaragozano Monasterio de Piedra, un oasis descubierto por trece monjes del Císter en el siglo XII, para celebrar su convención anual, en la que se define su estrategia comercial y de negocio. Nicolás Rogier, director comercial, reconoce que 'éste es el encuentro más original en la historia de la compañía'.
Durante tres días, los ejecutivos han abandonado sus despachos para convertirse en protagonistas de una aventura que se desarrolla entre los siglos XII y XIII. Las cabezas de mando de la empresa han abandonado sus puntos de referencia habituales para sumergirse en un espacio natural de agresiva belleza, donde se verán obligados a resolver situaciones insólitas.
Jesús Menéndez, director de marketing, señala que 'la elección de este emplazamiento no es casual. Ángel Lozano, fundador y actual presidente de la empresa, nació y vivió su infancia en este entorno, donde aprendió los valores que han fortalecido la compañía'.
La aventura se inicia cuando el ejecutivo recibe un sobre lacrado que encierra un texto en letra carolina, donde se le informa de la misión que debe afrontar. La misiva incluye también la pieza que deberá encajar en un gigantesco puzzle y que acredita el cumplimiento de la responsabilidad encomendada. El variado repertorio abarca desde la construcción de una muralla defensiva y la confección de un estandarte, pasando por la participación de un torneo y la resolución de un enigma en latín.
Cada una de las 110 piezas del puzzle, únicas y diferentes, como sus propietarios, deben unirse al finalizar la aventura. Con ello se pretende transmitir que cada uno de los participantes es la clave para el desarrollo de la compañía. Jesús Menéndez subraya que 'esta iniciativa constituye una oportunidad para que los directivos sean protagonistas de una experiencia diferente, se refuercen los vínculos internos y se sientan los colores de la compañía. Se trata de una herramienta de gestión particularmente útil para la identificación y potenciación de líderes'.
Ángel Lozano, fundador de Redur, señala que 'reservar un espacio para la reflexión alejándose momentáneamente de las preocupaciones cotidianas, adquiere una especial relevancia en un mundo donde el tráfago diario tiende a desbordarnos'.
El paraíso en un páramo aragonés
Corría el año 1194 cuando trece monjes pertenecientes a la Gran Orden del Císter, destacada rama de la comunidad benedictina, salieron del Monasterio de Poblet (Tarragona). La comitiva pretendía descubrir el lugar idóneo para fundar una abadía 'hija' del emplazamiento catalán y asegurar así la expansión y la influencia del Císter.Aquellos monjes exploradores descubrieron, en medio del páramo aragonés, un oasis de frescor con vegetación exuberante, donde la melodía de las cascadas y el canto de los pájaros les hizo creer que habían llegado al paraíso. Este era un territorio bañado por el río Piedra, cuyo nombre se incorporó a Monasterio de Piedra para denominar el nuevo emplazamiento cisterciense. La Corona de Aragón y el Papado no tardaron en realzar tan sorprendente paraje con dictámenes y bulas que lo convirtieron en un lugar de peregrinación.El viajero que hoy llega a este milagro de la naturaleza sigue experimentando la misma sensación que, seguramente, sacudió a aquellos trece monjes benedictinos. El hechizo lo han vivido también los 110 ejecutivos de la empresa de transportes Redur. No resulta extraño que los monjes del Císter, acostumbrados a repoblar las áridas tierras del Norte de Europa, identificaran su descubrimiento como una réplica del paraíso. Son muchos los viajeros que sienten lo mismo.