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CincoSentidos

Medidas para que la pequeña empresa ahorre consumo

Apagar la pantalla del ordenador a la hora de comer, tener grifos con dosificador o instalar un termostato en la oficina pueden parecer cosas irrelevantes para las cuentas de una empresa, pero están lejos de serlo. Aplicar simples medidas como estas para lograr una mayor eficiencia energética puede suponer un ahorro a las pequeñas y medianas empresas del 20% en los gastos por este concepto. Esta es la conclusión a la que ha llegado un informe elaborado por Unión Fenosa.

Este estudio, realizado entre más de 4.300 compañías de menos de 200 trabajadores, considera que si las pymes realizasen un uso adecuado de la energía, el consumo eléctrico nacional se reduciría un 10%. Visto desde las propias pymes esto supondría un ahorro de 1.550 millones de euros, es decir, el equivalente a un 1% del dinero que facturan.

Juan Luis López Cardenete, director general de redes de Unión Fenosa, consideró que 'la eficiencia y la sostenibilidad medioambiental no sólo no son un lastre, sino que suponen un sustento para la economía.' Pero las pymes españolas están lejos de conseguir un aprobado en el uso adecuado de la energía. El estudio valora en 3,1 sobre 10 el índice de eficiencia energética nacional. Apenas hay diferencias entre unas comunidades autónomas y otras.

Entre sectores sí se vislumbran, en cambio, áreas que puntúan mejor. Los negocios de hostelería rondan el cuatro en este índice, mientras que las oficinas se quedan en un pobre 2,7. Pero lo peor son las perspectivas futuras: sólo el 20% de las pymes llevan a cabo acciones de ahorro y el 60% ni siquiera se plantea hacerlo a corto y medio plazo.

Una España poco eficiente

'En España no se ha hecho nada por mejorar la eficiencia energética en los últimos años', así de rotundo se pronunciaba ayer Javier García Breva, director general del Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía (IDAE). 'Tenemos que romper la dinámica que vincula el crecimiento económico con el aumento de la demanda de energía'.La situación actual, dijo, es alarmante. 'Invertimos un 2,6% de nuestro PIB en pagar el petróleo que consumimos, frente al 1,8% de media en la UE. Además, entre 1980 y 2002, el incremento de productos derivados del petróleo creció aquí un 51%, frente a un 8% en Europa'. Cada dólar que sube el precio del barril, explicó, supone un déficit en la balanza comercial de 200 millones de euros.

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