El temporal de frío vuelve a colapsar la red de aeropuertos
La cuarta ola de frío de este invierno, que azota desde ayer la Península, volvió a colapsar su red aeroportuaria, viaria y marítima. La masa de frío ártico, que provocó mínimos sin precedentes desde 1956, se hizo sentir especialmente en la capital catalana. Si la semana pasada la nevada que cayó en Madrid provocó cancelaciones de vuelos y retrasos de hasta 10 horas en el aeropuerto de Barajas, el temporal hizo ayer de El Prat uno de los puntos más críticos de la geografía española.
El aeropuerto barcelonés efectuó durante toda la mañana de ayer un promedio de 13 aterrizajes y 11 despegues cada hora, la mitad de sus operaciones habituales. Pese a que recuperó la operatividad normal a primera hora de la tarde, continúo con retrasos durante toda la jornada. La demora media superó la hora y 50 minutos y el número de vuelos cancelados sobrepasó los 140.
Los retrasos en el aeropuerto catalán afectaron a cientos de pasajeros, ya que provocaron retrasos y anulaciones en el resto de la red aeroportuaria. Fuentes de AENA no ofrecieron una cifra global de vuelos cancelados en el conjunto de aeropuertos, aunque Iberia cuantificó en 90 los vuelos que suspendió en toda su red hasta media tarde. Spanair suprimió 18 trayectos, mientras que Air Europa, canceló cinco. Madrid, con más de una treintena de conexiones con la capital catalana suprimidas, fue el aeropuerto más perjudicado por el temporal en Barcelona.
Los aeropuertos de Palma de Mallorca, Bilbao, Granada y Valencia también se vieron afectados. El temporal de frío, que puso en alerta a 13 comunidades autónomas, dejó sin clase a más de 6.100 escolares (5.000 de ellos en Cataluña) por las dificultades en la red viaria, donde se cerraron más de 20 puertos.
Las conexiones marítimas también se vieron afectadas por el mal tiempo. Trasmediterránea canceló el servicio entre los puertos de Ceuta y Algeciras (Cádiz). Asimismo, también se cancelaron algunos trayectos entre Menorca y Mallorca. El temporal de nieve, que provocó un descenso de las temperaturas en ciudades como Burgos y Pamplona de hasta ocho grados, mantuvo incomunicados 125 pueblos asturianos. En Madrid, el intenso frío hizo plantearse a los técnicos responsables del montaje del edificio Windsor la continuidad de los trabajos.