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Pedro Pérez-Llorca Zamora

'El arbitraje es una alternativa fantástica a los tribunales'

Dirige el día a día del despacho que fundó su padre. Reconoce que el buen gobierno ha proporcionado una buena carga de trabajo a las firmas, que se mantendrá en los dictámenes para los consejos de administración

Pedro Pérez-Llorca se incorporó a Pérez Llorca en 1996, tras tres años de ejercicio como abogado asociado en Uría & Menéndez. Es licenciado en Derecho por la UNED y en Ciencias Económicas y Empresariales. Esta formación empresarial es una de las razones por las que el hijo del fundador del despacho dirige el día a día del bufete en el que hoy trabaja medio centenar de abogados. 'Hay despachos mucho más grandes en España, pero estamos en muchas de las grandes operaciones que se realizan en nuestro país, explica Pérez-Llorca, quien reconoce que los movimientos que se han vivido en el gobierno corporativo han potenciado de gran manera el negocio de los bufetes de abogados.

Pregunta ¿Cómo se gestiona un despacho personalista que, como en el caso de Pérez Llorca, responde al nombre del fundador?

'Una operación complicada puede resolverse mejor por medio del arbitraje que a través de los tribunales ordinarios, tanto por los plazos como por la especialización'

Respuesta Hay dos posibilidades: que el fundador quiera que el despacho siga siendo muy personalista y muy apoyado en él y que los clientes hablen siempre con él, y en esto hay bastantes ejemplos y hay otros casos donde el autor lo que quiere es crear una escuela que siga cuando él quiera jubilarse o dedicarse menos o lo que sea. Este bufete se fundó en 1983 y se llamaba García Añoveros, Jiménez Blanco y Pérez Llorca. En los años 90 se jubila Jiménez Blanco y muere García Añoveros, por lo que mi padre, que es el socio fundador que queda, decide institucionalizar el despacho e integrar una segunda generación de socios.

P ¿Cuál es la estructura del bufete?

R Es una sociedad propiedad de sus socios. Ahora mismo somos ocho y todos estamos implicados, incluido mi padre en el día a día del despacho. Además, dedicamos mucho tiempo a identificar a los dos o tres mejores despachos de cada país que les puedan interesar a nuestros clientes y a establecer relaciones.

P ¿Tienen la intención de crecer en España?

R De momento no. Tenemos oficina en Madrid y Barcelona y hay mucho potencial de crecimiento en ellas. La intención es invertir ahí que, hoy por hoy son las plazas más importantes. Además, nos va bien. En los últimos cinco años hemos logrado multiplicar los resultados casi por tres. En 2004 facturamos ocho millones.

P ¿Qué opina del arbitraje? ¿Está funcionando la nueva ley?

R Sí. La verdad es que es una buena opción. En el despacho siempre hemos estado muy orientados hacia el arbitraje. Mi padre está muy activo en este tema y participa como árbitro en muchos procesos internacionales. El despacho ha recomendado mucho a nuestros clientes al arbitraje como una muy buena alternativa a los tribunales. Por los plazos. Por la capacidad que tiene un tribunal arbitral de dedicarse a resolver un conflicto, que a veces no la tiene un tribunal ordinario. Por carga de trabajo. Siempre hemos sido muy favorables a los arbitrajes. Siempre decimos que una operación complicada puede ser resuelta mejor en un arbitraje que en los tribunales ordinarios.

P ¿Cuáles son los asuntos que atraen a los clientes a este despacho?

R Fusiones y adquisiciones, inmobiliario, arbitrajes internacionales, planificación fiscal, laboral... La verdad es que vienen para muchas cosas porque hemos intentado dar un servicio muy amplio.

'El buen gobierno ha dado mucho trabajo'

La ola de buen gobierno ha proporcionado una buena carga de trabajo a muchos despachos. ¿También al suyo?Los movimientos que se han producido en el gobierno corporativo han generado demanda de servicios en dos direcciones. La primera, en ayudar a las sociedades cotizadas en adaptarse a los cambios (reglamentos de juntas, reglamentos de consejo, escritura de los órganos de administración etc.). æpermil;ste es un movimiento limitado en el tiempo. Pero hay otro originado porque los consejeros son mucho más conscientes de la necesidad de cumplir con las normas de buen gobierno y para una operación importante piden que se cuente con un dictamen de un despacho. Con eso tenemos mucha demanda. Quieren cubrirse las espaldas por el tema de responsabilidad y que alguien que está separado de la gestión diaria de la compañía le dedique un tiempo a analizar a fondo una cuestión. Y eso no es algo que se agote en el tiempo, sino que es un cambio de mentalidad y va a ser algo permanente.

 

¿Cuál es el perfil de los clientes que acuden al despacho Pérez Llorca?Tradicionalmente han sido clientes extranjeros. ¿Por qué? No sé. Quizá teníamos un tamaño pequeño que atraía menos al cliente español que al extranjero. Eso ha cambiado y ahora tenemos ya muchos clientes que son grandes empresas españolas.

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