S&P pide más soberanía fiscal para las regiones europeas
La agencia S&P reclama mayor autonomía tributaria para los Gobiernos regionales en la UE, de forma que no se resienta su calidad crediticia en los mercados financieros, como ocurre ahora al asumir competencias.
El traspaso de competencias de los Estados centrales a niveles inferiores de la administración (regiones y municipios) está afectando en toda Europa al riesgo crediticio de los gobiernos locales. Es una de las principales conclusiones del informe que acaba de elaborar la agencia Standard and Poor's (S&P), después de analizar la evolución financiera de 43 regiones sobre las que emite sus rating en toda la Unión Europea.
'El proceso de descentralización está impactando sobre la calidad crediticia de los Gobiernos regionales, especialmente en su flexibilidad financiera y ejecución presupuestaria', admite Antonio Bellver, analista de S&P. El principal problema parte de que la asunción de mayores competencias no está siendo ligada a mayores recursos para sufragarlas, bien porque las regiones no los tienen o bien porque las legislaciones nacionales no se lo permiten. Así, en los últimos trimestres, la consultora ha variado a la baja la calificación o la perspectivas de varias regiones alemanas, francesas, italianas y españolas, debido a su mayor fragilidad presupuestaria. En España, ha ocurrido con las Islas Baleares, cuya sobrepoblación está presionando en demasía sobre los gastos sanitarios, que deben ser cubiertos por el Gobierno autonómico. Así, su perspectiva ha pasado de estable a negativa. En Alemania, la consultora ha recortado recientemente el rating de Baden-Wuerttemberg, Brandenburgo, y Westfalia del Norte, debido a que sus mayores gastos se topan con los límites fijados desde Berlín para elevar los ingresos por vía impositiva. Casos similares han ocurrido con Toscana y Lombardía, en Italia; Tirol en Austria; o Nord Pas de Calais, en Francia. La agencia entiende que 'una mayor autonomía fiscal' para variar los impuestos mejoraría la posición de estas regiones, ante una estructura de gastos creciente. Y avisa de que la fórmula de compartir impuestos estatales, ensayada en muchos Estados miembros de la UE, 'muchas veces no aporta la autonomía fiscal necesaria' para garantizar la suficiencia en los ingresos.
En el caso de España, S&P valora el modelo de financiación autonómico actual en el que los ingresos de las comunidades se vinculan a la evolución de la economía española en general, y se fija un fondo 'solidario' de redistribución de renta entre comunidades. No obstante, reconoce que los mayores gastos regionales hacen necesario una revisión del modelo.