Reflexiones sobre la felicidad
El cielo de Madrid está hecho de sueños, los de los que nacieron allí y los de aquellos que llegaron un día a la ciudad dispuestos a realizarlos. Bajo ese cielo transcurre la nueva novela de Julio Llamazares (Vegamián, León, 1955), El cielo de Madrid, editada por Alfaguara.
En el verano de 1985 Carlos, pintor de profesión, está en vísperas de visitar Suecia y gasta su última noche en Madrid en un local que frecuentan artistas y borrachos. Durante esas horas de la noche, repasa los últimos diez años de su vida, desde que abandonó su Asturias natal y llegó a Madrid lleno de ilusiones, en busca de la ciudad perfecta. El protagonista comprenderá que la vida, como el cielo de Madrid, es a la vez el infierno y el limbo.
En la trayectoria del protagonista hay concomitancias con la del autor, pero también diferencias. Llamazares no le da mayor importancia al carácter biográfico, pues de lo que se trata es de hacer pensar y sentir al lector.
El cielo de Madrid, la primera novela de Llamazares en once años, es una metáfora de la felicidad y la vida, una reflexión sobre el éxito y el fracaso en la creación artística.