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Déficit

China dispara el déficit comercial de las grandes economías

La pujanza exportadora china ha agravado en 2004 el déficit comercial de las grandes economías del mundo y amenaza la supremacía de EE UU y Alemania.

China está desatando un verdadero terremoto en el terreno comercial, siendo responsable de buena parte de los déficit acumulados por los principales países desarrollados. El gigante asiático ha logrado sobrepasar en 2004 a Japón en volumen de intercambios y ya es el tercer país del planeta en este terreno (1,1 billones de dólares), sólo superado por EE UU y Alemania. Hace sólo ocho años (en 1997), China estaba situada en una discreta décima posición como país exportador.

De esta forma, la participación china en los mercados más desarrollados ha alcanzado ya magnitudes importantes. En Japón se sitúa en el 19%; en EE UU, en el 13%; y en la UE, en el 9%, mientras que, a principios de los 90, sus ventas apenas representaban el 5,1%, 3,2% y 2%, repectivamente.

China mantiene con casi todo el mundo un importante superávit comercial en manufacturas (su punto fuerte), que utiliza para pagar un creciente déficit en alimentos y materias primas (cemento, acero y níquel), productos que obtiene, sobre todo, de países en desarrollo.

Este vigor exportador provoca el resquemor, incluso, de la primera potencia comercial (Estados Unidos). No es para menos, ante la fuerte competencia de los productos asiáticos. El déficit comercial estadounidense con China alcanzó en 2004 un récord de 162.000 millones de dólares, con un alza del 30,5% sobre 2003. Equivale, por sí sólo, a la cuarta parte de su déficit comercial global.

Con respecto a la UE aún no hay datos cerrados de todos los países pero las principales economías van por la misma senda. Alemania registró hasta el tercer trimestre un desfase comercial con China de 6.600 millones de euros, un 61% más. Se explica, sobre todo por la pujanza de las ventas chinas a Alemania, que crecieron un 26,5%. La importancia como socio alemán de China se ha acelerado en los últimos años. Hoy el país asiático ocupa el décimo lugar entre los principales destinos de las exportaciones y el sexto entre las importaciones germanas, informa Paula Gil. En cuanto a Francia, la otra gran potencia de la zona euro, el país asiático despierta tantas simpatías como temores. Por un lado, las autoridades insisten en la 'gran oportunidad de negocio' que se presenta, pero por otro, empiezan a movilizarse para contrarrestar la competencia de los productos chinos, con precios mucho más baratos. El Gobierno estudia ahora la apertura de los comercios en domingo para estimular la compra de productos franceses.

Mientras tanto, las cifras son cada vez más abrumadoras. Las exportaciones galas a este país progresaron un 15% en 2004, pero las importaciones lo hicieron mucho más, al 24%. Así, el déficit de Francia con China alcanzó 11.807 millones de euros (un 28,6% más), superando el déficit global francés, que logra compensarse en parte con los excedentes cosechados en otras regiones del mundo, informa Sara Acosta. El ministro de Industria, Patrick Devedjian, reconoce que 'el sector textil es uno de los más afectados por las ventas chinas'. Este año apunta a más de lo mismo, con el inicio de la liberalización textil, operada a instancias de la OMC. China, además, quiere extender su poderío por otras áreas. Con los países del sudeste asiático acaba de firmar un acuerdo para impulsar la mayor zona de libre comercio del mundo, en 2010. Con Suramérica (Brasil, Argentina y Chile), el presidente Hu Jintao ha comprometido inversiones e intercambios comerciales por 100.000 millones de dólares en los próximos 10 años.

El futuro del comercio tiene color amarillo.

Sólo Alemania es más fuerte en la balanza española

España es una pieza más en el ajedrez chino. El elevado grado de apertura de la economía española se deja notar en los intercambios con el gigante asiático, a lo que suma la fortaleza del euro frente al yuan, que favorece a los productos chinos frente a los españoles.De enero a noviembre de 2004 (aún no hay datos de diciembre), las importaciones acumuladas procedentes del país comunista crecieron un espectacular 26,5% con respecto al mismo periodo del ejercicio anterior, muy por encima de las exportaciones españolas (5,5%). Ello ha provocado que el déficit comercial bilateral se dispare hasta alcanzar los 6.656 millones de euros.Esta cifra supone la segunda más alta después del desfase comercial español con Alemania (14.989 millones). Es decir, en estos momentos China es ya para España el segundo país del mundo con el que mantiene un mayor desequilibrio comercial, superando a otros socios tradicionales como Italia y Reino Unido. Frente a estos últimos, España ha conseguido un cierto equilibrio entre compras y ventas (teniendo en cuenta el volumen de intercambios), algo que no sucede con China.El sector más afectado es el textil catalán, arruinado por la invasión de productos chinos, a mucho menor coste, a lo que se suman las ventas de falsificaciones. La Generalitat catalana acaba de aprobar un plan para mejorar la competitividad del sector, dotado con 10,5 millones de euros, que será completado con las ayudas del Gobierno central.

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