Aresbank pone a la venta dos de sus cuatro sucursales
Aresbank se muere lentamente. Ha entrado en un estado de crisis que sólo un milagro político, algo que aún espera, puede reanimarle. Esa es la impresión que se vive en el banco y que se ha vuelto a agravar el 28 de enero, fecha en la que se decidió nuevamente suspender, y es la cuarta, la junta prevista para inyectarle capital.
El banco, que ha vuelto a convocar junta extraordinaria de accionistas para el próximo 18 de marzo, ha puesto a la venta dos de sus cuatro sucursales: la de Marbella, una de las más emblemáticas, y la de Las Palmas.
Pero los cuatro millones que recibirá por esta operación inmobiliaria cuando se efectúe la transacción sirven de poco, ya que Aresbank necesita una inyección de 18,5 millones de euros como mínimo para que el Banco de España no le abra expediente por falta reiterada de recursos propios.
El Gobierno libio, principal accionista de Aresbank a través de Lybian Arab Foreing, insiste en comprar el 34,7% del capital que poseen los accionistas españoles (BBVA, Santander, la SEPI, y el Banco Sabadell). Lo que salvaría al banco, cada vez más menguado en patrimonio y actividad.
Pero las reticencias del Banco de España siguen. No quiere que Aresbank quede totalmente en manos árabes, a pesar de que en un momento determinado el Gobierno español y el libio intentaron acercar posiciones.
El Banco Árabe Español, mientras, puede vivir en la agonía actual otros dos años, según explican fuentes de la entidad. Pero lo lógico es que, tras varios aplazamientos, debates y reuniones, la situación se aclare el 18 de marzo en junta de accionistas, en la que tiene como principal punto del orden del día ampliar su capital. De no ser así el banco tendrá que ir a una liquidación ordenada, algo que los socios españoles llevan años proponiendo.