Telefónica prevé un millón de móviles UMTS para final de año
El tibio arranque del UMTS en España comenzará a despegar este año, según aseguraron ayer los primeros ejecutivos de las tres operadoras de móvil que compiten en el mercado. Javier Aguilera, de Telefónica Móviles España, fue el encargado de poner cifras a esta expectativa, al asegurar que se cerrará el año con un millón de líneas UMTS.
Un factor importante para este despegue será la bajada del precio de los terminales, que comenzará a notarse a mediados de ejercicio. A partir de ahí, los móviles se venderán a precios similares a los de la segunda generación y media, según el vaticinio de Belarmino García, consejero delegado de Amena.
Francisco Román, de Vodafone, destacó el mercado altamente competitivo en el que vive el móvil, que será fundamental para el desarrollo del UMTS. Como ejemplo de esta rivalidad, Román destacó que cada mes entre 200.000 y 300.000 clientes cambian de firma celular.
Sin embargo, los tres ejecutivos coincidieron en que hay una amenaza que puede interferir en este escenario optimista: los problemas a la hora de instalar antenas. Y pidieron a la administración un esfuerzo para que el futuro del móvil sea posible.
Estas declaraciones se realizaron en unas jornadas sobre el sector organizadas por la APD y allí mismo las tres operadoras recibieron contestación. El ministro de Industria, José Montilla, explicó que los resultados de la comisión que trata de desbloquear este conflicto son inminentes y que pronto lanzará una serie de propuestas para poner fin al problema.
Las buenas palabras para los operadores de móviles no fueron un preludio de más halagos para el resto del sector, porque Montilla fue crítico en varios aspectos. En primer lugar, destacó lo altos que son los precios de la banda ancha en España -'sigue siendo más elevados que en otros países europeos'- y expresó su deseo para el futuro: 'que bajen estas tarifas'.
También hubo declaraciones dedicadas al presidente de la CMT, Carlos Bustelo, allí presente, a quien Montilla recordó que la decisión de crear el regulador fue política.