Alarmas que impulsan a cambiar de empleo
Ansiedad constante ante el inicio de una nueva jornada laboral, dificultad para levantarse por las mañanas o un progresivo aislamiento de jefes y compañeros son algunos de los síntomas que, según los expertos, muestran que el trabajo se ha convertido en una carga excesivamente pesada. Y las recomendaciones y consejos de psicólogos y consultores laborales ante esa situación podrían resumirse en dos: intentar dar un giro de 180 grados en la actitud personal ante el trabajo y, cuando esta reacción ya no es posible o no produce el éxito esperado, el siguiente paso debe tener como objetivo el cambio de empleo.
'La inadaptación ante el trabajo provoca estrés', señala Helena Thomas, profesora de Psicología Social y Relaciones Laborales de la Universidad Juan Carlos I de Madrid. Destaca varios signos, como el insomnio, los trastornos alimenticios y otros desajustes personales, que pueden revelar que una persona se enfrenta a circunstancias preocupantes en su trabajo. Son indicios, añade, 'frente a los que hay que estar alertas'.
Ante los sucesos que han conducido a esa situación, la profesora Helena Thomas señala que hay diversas formas de reaccionar, pero la más negativa es 'aceptar sin más los problemas y no intentar cambiar el rumbo de los acontecimientos'. Así, añade, 'se está atentando contra la salud laboral e integral, así como contra la vida profesional'. Para Helena Thomas, 'esa renuncia a modificar las cosas que no van bien es la peor solución. Además -destaca-, con esa actitud no se supera el agobio que se sufre'.
El total conformismo ante los problemas puede desembocar en cuadros depresivos
A juicio de esta psicóloga, especialista en temas sociales, siempre es útil y necesario permanecer activo ante los conflictos. También es preciso 'comenzar a actuar con la idea de que se pueden cambiar las circunstancias adversas', añade. No obstante, Helena Thomas reconoce que un pensamiento muy generalizado entre los empleados de muchas empresas es que, aunque se intente, 'no es posible cambiar nada' .
Isabel Crespo, directora de Right Management Consultants, destaca que, cuando no se está motivado en el trabajo, se elevan las probabilidades de que se produzcan esos trastornos. 'Que el proyecto en el que trabajas y participas lo veas como propio y sirva además para el desarrollo de la carrera personal son aspectos básicos'.
Si eso no funciona así y comienzan los conflictos laborales y personales, Isabel Crespo recomienda pasar a otra fase: la de la reflexión. 'Analizar, en primer lugar, si los problemas se pueden resolver dentro de la empresa en la que se trabaja'. Para esa etapa, la directora de Right Management Consultants aconseja ser cerebral: 'examinar el organigrama de la compañía en la que estás y ver hacia dónde te puedes mover', subraya.
En caso que la solución no sea interna, Isabel Crespo señala que es básico 'tener una visión de lo que puedes hacer fuera de ese empleo'. Y para ello, puede ser útil hacer un balance 'de los que has hecho bien hasta ahora o en el pasado (antes de los conflictos) para poder aceptar nuevas tareas y para mejorar la autoestima. Y como otros expertos da un no rotundo al conformismo y a la autocompasión, al tiempo que destaca que los problemas en el trabajo pueden provocar cuadros depresivos.
Belén Basteiro, gerente de Norman Broadbent, manifiesta que hay otros significativos síntomas que muestran que algo no va bien: 'que te sientas a menudo sin fuerzas para ir a trabajar, que estés continuamente mirando el reloj o que personas de nuestro entorno nos digan que ya no mostramos ninguna ilusión cuando hablamos de los que hacemos'. E indica que esa situación se puede deber a diversas causas, 'desde que las tareas que realicemos no nos gusten a que consideremos que no nos pagan lo que creemos que nos merecemos'.
Pero también se refiere al ciertos tipos de jefe como uno de los posibles detonantes de las dificultades y desequilibrios. Respecto a ese tema, Helena Thomas se refiere a jefes que, por ser excesivamente exigentes, bloqueadores o por no estar capacitados, provocan una invasión de la vertiente laboral de una persona a otros aspectos de su vida, como el familiar o el ocio.
Invertir en formación y reorientar la vida laboral
Cuando el empleo no funciona ni produce satisfacciones y además provoca trastornos es preciso trazarse una clara estrategia para cambiar el rumbo de la vida laboral. Es esta una recomendación que dan asesores y psicólogos, y, en esta línea, la profesora Helena Thomas, sugiere que es bueno 'ponerse plazos, fijarse metas, aunque éstas no sean muy ambiciosas'.Y Belén Basteiro, de Norman Broadbent, señala que la cuestión 'no es cambiar a lo loco, sino tener claro lo que se quiere hacer'. Así, después de recordar que el trabajo es una de las cosas, que al menos en la época actual, se puede elegir, aconseja montar un dispositivo lo más eficaz posible: moverse y estar atentos a cualquier oportunidad, mandar currículum.Para Isabel Crespo la actitud activa hay que mantenerla siempre, no sólo cuando estalla la crisis. Y para ello se manifiesta a favor de 'invertir en uno mismo, en la formación continua para no quedarse obsoleto'. También cree que, en ocasiones, es bueno ser capaz de reorientar la vida laboral, y recomienda estar atentos a los sectores con más futuro o más demanda de empleo para, si es preciso, dar el salto. Y mientras, su consejo es hablar. 'Los que progresan son los que saben tener una relación más próxima con los jefes'.