La Bolsa marca un nuevo máximo con el impulso de Telefónica
El mercado de renta variable cerró el viernes en el nivel más alto desde junio de 2001, el segundo máximo consecutivo, después de marcar un avance del 0,15% en la sesión. El comportamiento del Ibex fue a contracorriente del resto de mercados internacionales, pues todos salvo el español cerraron en números rojos.
La solidez de Telefónica y los otros grandes valores permitió salvar los muebles en la subasta de cierre, en la que el Ibex entró en tablas. La Bolsa prolongó la tendencia moderadamente alcista de los últimos días y cerró en 9.139,4 puntos.
El balance semanal queda, así, en una subida del 1,56% debida, en gran medida, a la propia Telefónica, que ha ganado un 2,52% en cinco sesiones y ha aportado 43 de los 140 puntos que ha subido el Ibex en el periodo. El anuncio del aumento de dividendo en un monto algo superior a lo esperado por el mercado ha sido el principal motor de la Bolsa.
La de arena vino de Estados Unidos. El dato de PIB de, conocido antes de la apertura de Wall Street el viernes, fue algo inferior a lo esperado y enfrió los ánimos de los parqués, que habían abierto al alza gracias, entre otras cosas, al anuncio de fusión entre Procter & Gamble y Gillette. Una operación de gran calado, de las pocas susceptibles de tirar por sí solas de las cotizaciones.
Pero terminó mandando la agenda macro. La economía estadounidense creció el 3,1% en el último trimestre del año, cuatro décimas menos de lo esperado por los analistas. El deterioro del sector exterior y un leve repunte de la inflación enfriaron la economía, que con todo creció el 4,4% en 2004.
La Bolsa se perfila para el cierre de enero con un sabor agridulce. Las expectativas de una prolongación del rally navideño se frustraron pronto por el alza del petróleo, la cautela que transmitían los resultados de Wall Street, pero al menos se han esquivado las pérdidas y el Ibex sube el 0,65% en el año 2005.
Fuerte subida de la deuda
El dato de PIB estadounidense del cuarto trimestre resultó sensiblemente más bajo de lo esperado por los analistas y, pese a que el crecimiento real quedó en 3,1% precisamente por el aumento de la inflación, los bonos estadounidenses marcaron su mayor ascenso de las últimas siete semanas. Pasaron del 4,22% al 4,13%. La deuda española pasó del 3,61% al 3,56%. La noticia se conoce a pocos días de la reunión de la Reserva Federal del próximo miércoles, en la que Alan Greenspan comunicará, presumiblemente, una nueva subida de un cuarto de punto de los tipos de referencia. Los mercados descuentan eso desde hace meses, pero no está tan claro dónde terminará el proceso de normalización monetaria. Lógicamente, si la economía crece a menor ritmo los tipos de interés de equilibrio estarán más bajos. Difícilmente obtendrán los inversores pistas tan pronto como el miércoles, pero por si acaso el viernes movieron ficha.